Economía circular comunitaria. Experiencia de aplicación en México

12 / ECONOMÍA CIRCULAR COMUNITARIA: EXPERIENCIAS DE APLICACIÓN EN MÉXICO cipios, la economía circular se traduce en la transformación y el cambio sistémico, ya que ofrece un nuevo modelo de desarrollo económico que trabaja para y con el clima y la biodiversidad, y está cada vez más impulsado por energías y materiales renovables. La prosperidad, bienestar y la resiliencia a largo plazo son clave para una recuperación y un desarrollo económico alineado con los ODS, imita los sistemas ecológicos donde todas las partes son cruciales para el éxito de todo el sistema y son valoradas por su función y, por último, se basa en nuevos conocimientos y tecnologías, así como en la cosmovisión y habilidades indígenas, y en experiencias formales e informales de varias regiones. La economía circular se inspira en la naturaleza para incrementar la productividad de los materiales que extraemos de ella manteniéndolos en circulación constante. Con lo cual se busca desacoplar o disociar el crecimiento del producto interno bruto (reflejo de la actividad productiva), del crecimiento del gasto final privado (indicador del consumo) y del crecimiento de los residuos sólidos urbanos o residuos sólidos municipales. En una economía circular, los materiales biológicos renovables que consumimos pueden ser aprovechados en cada etapa de su ciclo de vida. Este ciclo se replica en el sector industrial mediante la reparación, remanufactura, reutilización y reciclaje de los productos de consumo, con lo cual se minimiza la pérdida de materiales y energía y se alarga su vida (figura 2). Esto detona encadenamientos productivos –que son fuente de ingresos y de empleos bajos– en emisiones de carbono e incluyentes, y a la vez evita la generación de residuos y su disposición final. Uno de los retos que enfrenta la economía circular consiste en eliminar o reducir la presencia de sustancias tóxicas y peligrosas en los productos de consumo para facilitar su reciclaje al final de su vida.Tal es el caso de la presencia en computadoras y celulares de plomo, mercurio, cadmio, zinc, itrio, cromo, berilio, níquel, retardantes de flama bromados o halogenados, trióxido de antimonio, estaño, policloruro de vinilo y ftalatos, que constituyen un riesgo para la salud humana y otros organismos vivos. En la medida en que dejemos de producir o consumir productos no esenciales que contienen o son materiales peligrosos, dejaremos de producir residuos peligrosos y tener que pagar altos costos por su manejo. A su vez, se facilitará su reciclaje ya que retirar o inactivar los materiales peligrosos contenidos en los productos postconsumo, además de representar retos tecnológicos, demanda más energía. Aunado a esto, la economía circular requiere reunir los cuatro tipos de sustentabilidad (figura 3), los cuales son cruciales en tanto propician un ambiente en el que la ECC puede florecer.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3