94 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2023 La radio tiene su ombligo en la comunidad de San Bernardino Tlaxcalancingo, del municipio de San Andrés Cholula, y su ubicación no es accidental. En palabras de José Ignacio López Vigil (2015), “una radio comunitaria ―de señal abierta o en la web― no es otra cosa que una comunidad que hace comunicación” (p. 11) y, en ese sentido, la radio que se creó en 2009, con el nombre de Axocotzin Radio, ha enfrentado junto con la comunidad las alegrías y los percances provocados por el crecimiento desenfrenado de la mancha urbana de la ciudad de Puebla. Este ensayo tiene por objetivo analizar las diversas estrategias comunicativas que se han emprendido desde Cholollan Radio para acompañar la defensa del territorio que se ha gestado desde los pobladores de San Andrés Cholula. Ante los embates del capital privado sobre el territorio indígena, se retoma en un primer momento el decreto expropiatorio de las tierras de propiedad colectiva que fue detonante para el desarrollo de una ciudad élite. Los elementos históricos nos ayudan a comprender la lucha que hoy emprenden los pobladores y las pobladoras para garantizar su derecho como pueblos indígenas a ser tomados en cuenta en el Programa Municipal de Desarrollo Urbano Sustentable. Por último, se analiza el papel de la radio comunitaria en el acompañamiento y participación activa en los procesos de defensa del territorio, que, a su vez, fortalece el derecho de la ciudadanía a acceder a la información que les permita tomar decisiones sobre el futuro de sus comunidades. CONTEXTO Para ahondar en la comprensión del contexto, haré un breve repaso de hechos históricos clave en torno a la defensa de la tierra y el territorio, que nos ayudarán a comprender cómo se sitúan las luchas del presente, y las demandas de autonomía y autodeterminación que se han venido gestando desde la década pasada. En los años sesenta, Tlaxcalancingo aún era considerada una comunidad rural que se dedicaba principalmente al campo y al cultivo del maíz. El uso de lengua nahua y del traje tradicional era una práctica habitual de un gran porcentaje de la población. Con el paso del tiempo, la siembra de maíz fue sustituida por el nopal para su comercialización a gran escala, como lo narra el profesor Raúl F. Chiquito Chiquito (2021); desde entonces, comenzó un proceso de abandono al campo y de diversificación de ocupaciones de los habitantes. A principios de los años noventa, derivado del crecimiento poblacional de la ciudad de Puebla, comenzaba a consolidarse un plan de expropiación masivo de terrenos ejidales para beneficio de intereses particulares y políticos, bajo el discurso de que los cambios en el uso de suelo serían para el beneficio público y “resolver la proliferacion de asentamientos irregulares y la carencia de una politica de ordenamiento urbano al poniente de la ciudad” (Martínez Olivares, 2015: 1, p. 79). En 1991, el gobierno del estado de Puebla solicitó al gobierno federal la creación de reservas territoriales para el ordenamiento de la metrópolis, lo que significaba la expropiación de ejidos de Santiago Momoxpan, La Trinidad Chautenco, San Bernardino Tlaxcalancingo y San Andrés Cholula (Martínez Olivares, 2015: 2). Fue en 1992 que se emitió, por decreto presidencial, la expropiación de 1,081.5 hectáreas de tierras ejidales, para el desarrollo urbano de la capital del estado (Martinez Olivares, 2015: 1).
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