56 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2023 México y otro en Estados Unidos, territorios en los que se reportan la mayoría de desapariciones de hondureños y hondureñas. Estas muestras se toman una o dos veces al año y son incorporados un número específicos de familias de cada comité del país; vale comentar que este paso se realiza en una única ocasión, ya que el perfil genético de cada familia se conserva en una base de datos que es resguardada por el EAAF. Una vez que las familias forman parte de los comités, se incorporan a los procesos de acompañamiento psicosocial grupal en los que se construyen herramientas para el afrontamiento y convivir con el problema de la desaparición de su familiar, y es posible también que se les brinde atención en salud mental —familiar o individual— si el comité lo considera necesario, posteriormente extiende la remisión a la organización, o si en estos espacios grupales se identifica la necesidad de atención a las personas que participan de los mismos. A partir de la llegada de las familias a los comités, se inicia una construcción de redes comunitarias, que para las familias es un espacio de soporte y acuerpamiento, donde se da un entramado de relaciones complejas de intercambio entre multiples y diversos actores, con diferentes acciones que mantienen un flujo constante de informaciones y mediaciones organizadas y establecidas en pro de un fin comun: el desarrollo, fortalecimiento y cumplimiento de metas especificas de una comunidad en un contexto particular, es decir, encontrar a sus familiares desaparecidos (Marcelino-Sandoval, 2020). b) Formación y capacitación de los comités: el fortalecimiento organizacional Asimismo, existen grupos de trabajo desde los comités que han sido formados y capacitados para brindar apoyo psicosocial, realizando visitas domiciliaras y encontrándose en la posibilidad de identificar otras necesidades de atención; también es posible que los miembros de las mismas familias sean quienes soliciten la atención psicológica directamente a la organización. Con respecto a los procesos para el asesoramiento organizacional y la apropiación y defensa de sus derechos, son los propios comités quienes designan a las personas que forman estos espacios. En este sentido, desde hace varios años se ha trabajado para que sean los comités, espacios colectivos y los principales protagonistas de la defensa de sus derechos y los derechos de sus seres queridos desaparecidos, formándolos en los marcos normativos de protección nacional e internacional, en la estructura de los espacios colectivos, desde sus conformaciones y en la distribución de roles; incluso, se ha acompañado a uno de los comités en la búsqueda de su personería jurídica, la cual fue alcanzada con éxito y hoy es un comité totalmente autónomo y sostenible. De igual manera, se fortalece a estos colectivos para realizar por sí mismos procesos de sensibilización social e incidencia política, reconociéndose como sujetos y sujetas de derecho, capaces de exigir y encontrar respuestas de los gobiernos, no sólo el hondureño, sino los gobiernos guatemalteco, mexicano y estadounidense, ya que es en estos países donde se producen la mayoría de las desapariciones de hondureños y hondureñas. Esta dimensión está relacionada con el planteamiento de Montero (2004) sobre la conversión, la cual es un proceso donde se da modificación cognitiva, donde a partir de la formación, hay una modificación de la información con la que cuentan y su aprendizaje se nutre a partir de la información que reciben.
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