46 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2023 Desde hace varias décadas, Honduras vive sumido en una multicrisis en la que se encuentran conflictos políticos y sociales agudizados por la pandemia de COVID-19, a lo que se suman los efectos del cambio climático, el desplazamiento forzado y la migración. Además de los factores estructurales que afectan a la población hondureña y que dificultan alcanzar una calidad de vida real, acompañada del desarrollo máximo de sus potencialidades. El incremento en los niveles de pobreza en Honduras fue impactado por la pandemia de COVID-19 y fenómenos naturales como los huracanes Eta e Iota en 2020. Es así como en los últimos años, Honduras ha logrado crear “nuevos pobres”, como lo ha citado el Instituto Nacional de Estadística, según su encuesta permanente de hogares del 2017; 65.7 % de la población se encuentra en condiciones de pobreza. El Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo en Honduras (FOSDEH, 2017), señaló que ha aumentado 1.5 % en los últimos años, pese a los programas de gobierno y su intervención millonaria en la creación de políticas públicas fallidas; en lugar de reducir la pobreza, ésta ha incrementado. En el 2021, siete de cada 10 hondureños vivieron en condiciones de pobreza. Por otro lado, la inflación complicó aún más la situación, debido a los altos costos de comida, transporte y educación. En 2022, los precios de productos de la canasta básica alimentaria aumentaron 21 % (ASJ, 2023). Según la Asociación para una Sociedad más Justa (2023), entre 2012 y 2021, la pobreza aumentó de 67% a 74%, y la pobreza extrema, de 46% a 54% en el mismo periodo. De acuerdo con estos datos, 75% de la población no puede costear sus necesidades básicas y la mitad de la población no puede costearse ni siquiera una canasta básica. De acuerdo con estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (2022), Honduras fue el segundo país en Centroamérica en el que más aumentó el número de personas en condiciones de pobreza o extrema pobreza, a causa del incremento en costos de alimentos. El elevado costo de vida, incluyendo la canasta básica, el acceso a servicios de salud, educación, vivienda y otros esenciales, afecta de forma más severa a quienes ya están en condiciones de pobreza, ya que este enorme grupo de la población no cuenta con los recursos económicos para satisfacer sus necesidades básicas. Además del incremento de la pobreza, Honduras presenta grandes desafíos en materia de empleo. Según el Consejo Hondureño de la Empresa Privada, en el año 2022, 87% de los empleos estaban en el sector informal, principalmente centrados en las áreas de comercio y labores de cuidado; la informalidad dificulta monitorear que los trabajos sean de calidad y bien pagados. De acuerdo con información de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, 2022), en el Índice de Desarrollo Humano, Honduras descendió del puesto 132 (de 191 países) en 2020, al puesto 137 en 2022; el segundo más bajo en América Latina y el Caribe después de Haití. En cuanto a la situación del mercado laboral en el país, se observan altos niveles de informalidad, en el año 2020, 58% de los empleos en Honduras eran informales, siendo mayor a la tasa promedio del resto del continente (50%). Estos niveles de informalidad implican que la gran mayoría de los/as trabajadores/as en Honduras, prácticamente carece de recursos de protección frente a la violencia laboral (Friedrich Ebert Stiftung, 2022). Por otro lado, la violencia afecta la vida de la sociedad hondureña, particularmente en la última década; respecto a esto, SEPOL (2022) indica que los ín-
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