14 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2023 años, enfocándome en los derechos humanos de las mujeres trans y de la comunidad LGBT. Sin embargo, mi compromiso se ha fortalecido en los últimos 10, 12 años, cuando había voces de mujeres trans que levantaban la voz, pero no eran tan escuchadas. Por ejemplo, quiero destacar la labor de la señora Beatriz Ruiz, una gran activista de aquí, de Puebla, quien fue una de las pioneras en la promoción de los derechos humanos de la población trans. También de la licenciada Alejandra Fonseca Venegas —que siempre digo que es mi máster—, ya que fue ella quien nos enseñó nuestros derechos humanos, cómo defenderlos como mujeres trabajadoras sexuales, cuando éramos agredidas y golpeadas, y cuando hace más de 20 años, 10 chicas amanecían asesinadas cada 15 días. Ambas mujeres nos enseñaron a no dejarnos de la policía, de un ministerio público, de una agresión de la Fiscalía, ni dejar que nos llevaran a prisión sin ningún motivo. Fue cuando comencé a ver nuestros derechos, pero también nuestras obligaciones. Nuestra lucha, digo nuestra porque el “yo yo yo” ya pasó de moda, no hay que ponerse la corona a cada ratito, pues digo, detrás de la corona siempre hay muchas personas; dicen que la corona, cuando una la forja, la va forjando con piedritas y la trae a diario puesta, y la trae con orgullo porque dice: la traigo porque voy a defender un derecho de una población trans, lésbica, bisexual y no binaria; sin que esto signifique que no hay diferencias entre nosotras, por ejemplo, existe una división entre la población trans masculina y la población trans femenina. Ana Gamboa: ¿Y a qué crees que se deba eso? Gabriela: Pues creo que a veces no aclaramos, no hablamos y quedamos en acuerdo. Como te vuelvo a repetir, creo que el “yo yo”, el “yo quiero ser más”, el “yo quiero ser la que levante la batuta, quien lleva esta bandera o quien lleva las nuevas identidades”, está influyendo mucho. Hablamos hoy en día de las nuevas identidades que están peleando también los mismos derechos que peleamos nosotras a lo largo de los años, y que nosotras seguimos al final de cuentas también peleando. Pero el error es que lo quieren así (chasqueo de dedos) los jóvenes de hoy en día. La desunión y la falta de información entre nosotras, nosotros y nosotres mismos, eso es lo que pasa. Existe un constante golpeteo contra las personas LGBTTTIQ+ de la alta sociedad, a la trans que ven morenita, a la güerita o la que tú quieras, a quienes están en los antros de tercera clase. Empecemos también a hablar de esas etiquetas, de esas coronas, de esas formas de discriminación a nuestra propia comunidad, a nuestra nueva población. Yo creo que ya no somos una comunidad, sino que somos poblaciones distintas. Aunque en el diccionario español aún se nos refiere como una comunidad, a nivel Latinoamérica, la ONU nos reconoce como personas queer, bisexuales, transexuales, pansenxuales, y reconoce la diversidad de nuestras vivencias, destacando que seguimos sumando otras identidades y vivencias. ¿Cuál es mi objetivo al empezar a defender los derechos humanos? Como te decía, comenzó al ver a tantas hermanas muertas, a tantas compañeras indigentes; entendiendo el término “indigente” porque tuvieron que migrar o huir de sus casas, que no tienen un lugar estable, que andan de un lado para el otro en toda la República Mexicana, y algunas de ellas sin papeles. Por ejemplo, lo que pasó
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