DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2022 93 esta problemática y garantizar la protección de las mujeres y niñas en situación de búsqueda. Con respecto a lo poco, o mucho, que escapa de las manos del gobierno, es indispensable fomentar la participación de todos, incluyendo organizaciones de derechos humanos y universidades, para que contribuyan activamente en el proceso con conocimiento en el abordaje contextual de las causas profundas de las desapariciones. Esto es, también, proponer medidas para prevenir futuras desapariciones y proteger a las personas en situación de vulnerabilidad. Debido a que la búsqueda de personas desaparecidas puede ser una tarea emocionalmente agotadora y estresante, los colectivos necesitan capacitarse en acompañamiento emocional; es decir, a sí mismos, para cuidar su bienestar mental. En este sentido, los colectivos deben estar conscientes de sus derechos como defensores de derechos humanos y aprender sobre cómo ejercerlos de manera eficiente. Una estrategia integral de búsqueda de personas desaparecidas, habrá de considerar la perspectiva psicosocial para abordar la problemática de manera holística, teniendo en cuenta tanto los aspectos más operativos de la búsqueda, así como el bienestar integral, tal como lo describe el [Anti] manual sobre enfoque psicosocial (2022): […] la perspectiva psicosocial define un campo en la intersección entre la psicología y la defensa de los derechos humanos que tiene una dimensión teórica y práctica, o metodológica. Desde el punto de vista teórico, articula categorías psicológicas clínicas para comprender los impactos de la violencia, como trauma y duelo; con otras que provienen del derecho, como violaciones a los derechos humanos e impunidad (Antillón, 2017: 31). De este modo, el enfoque psicosocial permite dotar de densidad las categorías de violaciones a los derechos humanos, a través de comprender los significados para las víctimas y los colectivos. Este enfoque da lugar, a su vez, a la creación de nuevas categorías, como impactos psicosociales de las violaciones a los derechos humanos y la impunidad, la búsqueda de justicia en los procesos de duelo, la ruptura del proyecto de vida, entre otras (Antillón, 2022: 31). Por ello la importancia de contar con la colaboración de diversos actores, como colectivos de búsqueda, organizaciones de derechos humanos, instituciones gubernamentales, expertos en búsqueda, psicólogos con enfoque psicosocial y trabajadores sociales. La interacción entre diferentes especialidades garantiza un abordaje integral y efectivo. En lo que se refiere a la capacitación, la cual ya se ha abordado y entendido como una necesidad y no una opción, cabe destacar que suele ser una capacitación olvidada, pero es importante que sea con un enfoque psicosocial básico para responder adecuadamente a las necesidades de las familias. También deben aprender a reconocer signos de estrés y trauma, y cómo derivarlos a profesionales especializados si es necesario. La estrategia debe facilitar la creación de redes de apoyo entre las familias de las personas desaparecidas, para que puedan compartir sus experiencias, preocupaciones y logros, generando un espacio de solidaridad y
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