Derechos Humanos / Anuario Edición 2022

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2022 85 Con respecto a este incumplimiento, destacar en primer lugar, la falta de información, puesto que los familiares de personas desaparecidas a menudo tienen acceso limitado o nulo a información sobre el paradero y el estado de sus seres queridos. Las autoridades pueden ser reticentes a proporcionar información o pueden carecer de la capacidad para investigar de manera efectiva. De ahí que sean los mismos familiares quienes realizan las funciones de las autoridades en la búsqueda; lo que, al tiempo, les implica colocarse en zonas de riesgo a cambio de pistas o señales de la ubicación de sus familiares desaparecidos. Además de ser un proceso desgastante para los familiares, quienes pueden enfrentar barreras burocráticas y falta de sensibilidad por parte de las autoridades encargadas de recibir las denuncias y dar seguimiento a la investigación, no sobra decir que, suele ser un camino que invisibiliza las emociones desbordadas ante una situación así: […] se entiende que la víctima directa en esta problemática es la persona desaparecida, mientras que las victimas indirectas son familiares de este mismo, por lo que sufren o suelen desarrollar padecimientos físicos y psicológicos que son causados por la interrupción de su duelo, pues no hay acceso a la verdad jurídica al no saber el paradero de su familiar provocando una angustia prolongada, así como el hecho de no encontrar un cuerpo para llevar a cabo un funeral o una tumba donde llorar (Gómez, Peña & Vargas, 2023: 20). Es en este sentido donde la vida familiar y la condición física también se ven gravemente alteradas: En Colombia, la gran mayoría de desaparecidos son hombres y suelen ser mujeres, muchas de ellas madres, quienes emprenden activamente la búsqueda. […] La desaparición de un familiar provoca muchas molestias emocionales que pueden convertirse en físicas, vemos problemas de corazón, de hipertensión… incluso ayer mismo vimos una señora que había sufrido tanto dolor y tanta tristeza, que no podía caminar (Santacecilia, 2021: Desaparecidos en América Latina: cuando la incertidumbre es tortura). La cifra de personas desaparecidas también refleja el impacto emocional profundo que estas desapariciones tienen en las familias y en la sociedad en general. Se necesitan esfuerzos para brindar apoyo a las familias afectadas y para abordar las secuelas emocionales de esta crisis; lamentablemente, esta asistencia no llega con la frecuencia pertinente; por el contrario, existen manifestaciones de la sociedad que suman complicaciones —de toda índole— a las familias buscadoras. Una sociedad disociada Una sociedad dividida no es culpa de las personas en lo individual, es justo, consecuencia de fallas estructurales; de un sistema que nos fragmenta por lógicas capitalistas, colonialistas y/o patriarcales. Es por ello que, frente a la desaparición forzada, como sociedad inundada de escenas dolientes, muchas de las reacciones se tornen todavía más negativas.

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