Derechos Humanos / Anuario Edición 2022

64 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2022 me gustaría precisar que cuando hablamos de este tema lo hacemos partiendo de que las dificultades que se presentan en el ejercicio de la maternidad han de analizarse no sólo desde una perspectiva individual o familiar, sino buscando su origen estructural y sistémico. Es en este sentido que debemos reconocer que los obstáculos que enfrenta una mujer que es madre para lograr el ejercicio pleno de sus derechos humanos y acceder a oportunidades de desarrollo, se replican en la vida de la mayoría de las mujeres, es decir, son comunes a las mujeres madres y eso se debe a que dichos obstáculos provienen de un complejo y enraizado sistema cultural, económico y laboral. Se trata de un sistema social androcéntrico que ha tenido históricamente como referente las necesidades del hombre blanco, heterosexual, de cierta clase social, es decir, las subjetividades de las mujeres madres y otros grupos en condición de desventaja no son la premisa a partir de la cual se ha construido el mundo. De ahí que muchas veces el ejercicio de la maternidad sea incompatible con esta realidad social, con esta estructura social. Por lo tanto, a partir de ello podemos afirmar que las complejidades que se construyen alrededor de ser madre constituyen, en conjunto, un problema de derechos humanos, ya que esa estructura social, ese sistema, limita muchas veces el ejercicio de los más básicos derechos humanos de las mujeres. Es importante señalar que de los 56 millones de mujeres de 12 años y más que residen en nuestro país, 67%, es decir 38 millones, somos madres. Dada la amplitud de esta población y la multiplicidad de problemas que experimentan las madres para ejercer con plenitud sus derechos humanos, el tema debe ser considerado como un asunto de necesaria atención pública. Una vez precisado esto, podemos abordar algunos de los derechos humanos que se ven perjudicados por estos obstáculos que experimentamos las mujeres madres en la sociedad. Por ejemplo, el derecho a la salud, que reviste especial importancia: actualmente la mortalidad materna sigue siendo la principal causa de muerte entre mujeres en edad reproductiva a nivel global. Hay que precisar que las niñas también maternan, y desgraciadamente muchas mueren cada día a causa de complicaciones relacionadas con el embarazo, el parto y el puerperio. Ello se traduce en casi 550 mil muertes por año de mujeres, niñas y adolescentes. Si bien es muy complicado medir las enfermedades y secuelas relacionadas con el embarazo y con la maternidad, las estimaciones de la OMS contemplan un rango que va de 16 a 50 millones de casos anuales de enfermedades o padecimientos asociados a la maternidad, los cuales incluyen, por señalar algunas, condiciones de salud agravadas por infecciones, por complicaciones neurológicas, por hipertensión, por anemia, por depresión posparto, entre muchos otros padecimientos. De ahí que evidentemente podemos considerar este, el de la salud de las madres, como un problema de salud pública en general. Cuando hablamos del derecho a la salud, debemos considerar no sólo la salud física de las madres, sino también la salud mental, cuya desatención tiene altos costos, no únicamente en la vida de cada mujer madre, al dificultarle ampliar sus recursos, agencia y capacidad personal, sino que también implica un daño en el desarrollo y la estabilidad de sus hijos e hijas. Advertimos graves efectos en la salud psicoemocional de las madres como consecuencia de la crisis provocada por la COVID–19, sobre todo derivado de los altos niveles

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