DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2022 61 Pero estos organismos, desgraciadamente, como pertenecen al mismo sistema, se corrompen. Por ejemplo, aquí en Puebla, con el caso de nuestros ombudsman hemos tenido ese problema. La misma Comisión de Derechos Humanos Estatal entrega la gente. Juan Carlos Flores Solís fue un ejemplo claro. Él fue a presentar una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, ahí lo sentaron, lo tuvieron un poco ocupado. Cuando salió ya estaban los ministeriales. Lo golpearon y se lo llevaron detenido. Otro ejemplo de esto se dio cuando fuimos a dejar documentos a la Dirección del Estado de la Secretaría de Gobierno y saliendo nos detuvieron. Yo tuve que salirme antes por trabajo en la radio comunitaria, pero se quedó Miguel López. Saliendo, lo detienen inmediatamente. El problema es ese, que existe la desconfianza o que existan estas instituciones a las que le tenemos desconfianza como comunidades. Sobre los organismos internacionales, hablemos de la ONU, de su área de derechos humanos, pues tampoco actúa, de pronto sí, sale un comunicado, pero queda en letra muerta, queda ahí en oficialía de partes guardado. Creemos que sí es obligación de las instituciones del mismo Estado a levantar la voz, de la misma gente que está representándonos allá en las cámaras de senadores y diputados. Creo que desde ahí sí deberían de presionar para que se detengan todas estas agresiones hacia nuestros derechos. Que estas instituciones protejan nuestros derechos en general, como el derecho a la vida, a la tierra, al agua limpia, a la no contaminación, a la no explotación del agua, a la no criminalización, a la no persecución, a la prohibición de encarcelamientos injustos, a la prohibición de las desapariciones, prohibición de asesinatos de defensores del territorio. Hay mucha chamba que hacer, pero subrayamos que es su obligación garantizarlos. Porque nosotros lo hacemos. Desde pronunciamientos, desde mítines, manifestaciones, comunicados, pero queda en nuestra palabra nada más, rebota hacia ellos y muy difícilmente hacen caso. Por eso creemos que sí hace falta más, no sé si son políticas públicas, más leyes duras para este tipo de organismos o descentralizarlos, o más participación del mismo pueblo que tome las riendas en cuestión de la defensa de los derechos humanos. Roberto Rosete: Por último, si bien en diferentes momentos, por causas e intenciones diversas, los obstáculos a la defensa de la vida y el territorio han sido constantes desde tu experiencia, ¿cuál ha sido la respuesta de los movimientos, de los pueblos y comunidades que han sido afectadas? Alejandro Torres: Sí, yo creo que hay un ejemplo muy claro, si te das cuenta, en el 94 hay un levantamiento de comunidades autónomas allá en Chiapas que se manejó como un modelo a seguir. En nuestro caso, nosotros como comunidades originarias, fue buscar la propia autonomía, dejar a un lado los partidos políticos, que lo único que hacen es dividirnos, manejar nuestras propias autoridades por usos y costumbres, manejar la ley de los pueblos en cuestión del poder del pueblo. Porque está visto, por ejemplo, en nuestra comunidad, que es originaria, antes se le pedía casi, casi por favor, a una persona, con mucho respeto, que representara al pueblo. Esa persona decía “bueno, lo voy a hacer de corazón” y no buscaba interés económico. Hoy se pelean los cargos y gastan un chorro de lana porque llegando
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