Derechos Humanos / Anuario Edición 2022

44 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2022 de “te voy a inventar algo”, diseño de modas… Yo puedo generar un curso, quizás yo institución, pero el perfil de todas mis usuarias no va a ser diseño de modas, todas quieren cosas diferentes, porque tienen vocaciones distintas, porque tienen habilidades diferentes y ahí es donde deberían entrar las otras instituciones al quite, es decir, ¿cómo puedo seguir formando a estas sobrevivientes que no tienen recursos?, ¿cómo puedo acompañar el proceso educativo o de profesionalización?, ¿cómo puedo incluirlas en mi bolsa de empleo, o en una feria de empleo?, ¿cómo puedo acompañarles?, ¿cómo puedo capacitarles?, ¿qué puedo consumir que ellas produzcan? o ¿cómo puedo ayudarles a generar un plan de negocios de autoempleo? Todo esto son extras que deberían suceder y que deberían apoyar el proceso de la víctima, porque la otra es que, consideramos nosotras, el proceso de acompañamiento es regresarles la conciencia de la propia agencia que las sobrevivientes tienen, no es un modelo asistencialista, es un modelo de acompañamiento; no buscamos que dependan en el corte a, del tratante, en el corte b, de Anthus, y en el corte c, del Estado; lo que queremos es que ya dependieron una vez y ahora sean interdependientes, es decir, que creen comunidad con ellas, pero también con la sociedad. Ahí está la responsabilidad de la sociedad civil en general, es ¿cómo vamos a aportar para que el proceso de resocialización laboral, familiar, escolar, sea más fácil? Para esto también necesitaríamos pensar en los sistemas educativos, en la cuestión empresarial o las fuentes de empleo, en el sector salud, en todos los derechos que han ido perdiendo y la verdad es que romper paradigmas es de lo principal que se tiene que hacer en el proceso de reinserción, porque los comentarios comunes son: “mejor que limpien casas que andar en la prostitución” y todo lo vamos reduciendo a que esa sea su única posibilidad, la de limpiar casas, porque no tienen otro perfil. No digo que limpiar casas no sea digno, lo que digo es que si cerramos todas las posibilidades de proyecto de vida de las mujeres sobrevivientes de prostitución forzada, a la limpieza, es que tampoco les estamos dando muchas opciones. El objetivo es crear opciones reales para que ellas alcancen una calidad de vida plena. Esta es una utopía, porque tampoco las personas no sobrevivientes la tienen, pero a estas usuarias les cuesta tres veces más trabajo. Esos son los retos que nosotras hemos encontrado y te voy a hablar de uno, que la verdad nos ha movido mucho a nosotras y seguimos cuestionando, incluso este sí, es como una mesa de debate, con un montón de expertos y expertas, no sólo en materia de derechos humanos, sino de derechos de niños, niñas y adolescentes; tenemos una población —a partir de la pandemia— mayoritariamente menor de edad, están en una casa de alta seguridad y eso imposibilita que pasen a los refugios de transición porque son menores de edad, no pueden trabajar. En un centro de transición, el objetivo es que ellas vayan paulatinamente recuperando su vida, sus procesos autónomos y autogestivos, pero si son menores de edad, no pueden estar en refugios de puertas abiertas sin un cuidado 24/7, entonces, la pregunta es, ¿qué pasa con estas sobrevivientes que ingresan a los refugios entre los 13 y 14 años? Bueno, se les institucionaliza porque no pueden salir hasta los 18. ¿Y qué pasa con sus derechos sexuales y reproductivos?, por ejemplo, porque es una etapa de desarrollo psicosexual de la que no queremos hablar en los refugios o el DIF, o quienes trabajamos con adolescentes, ¿qué va a pasar con esta etapa tan importante en el pro-

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