Derechos Humanos / Anuario Edición 2022

12 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2022 los salvadoreños, con un estado de excepción que ya ha sido renovado al menos 14 veces desde marzo de 2022. El presidente alega que los derechos humanos que le importan son los de la población honrada y no los de los delincuentes, pero primero: esto no es del todo cierto, porque durante el régimen de excepción se ha capturado a mucha gente inocente e incluso, según reportes del PNUD, Amnistía Internacional y Cristosal, muchos inocentes han muerto en las cárceles. A esto, el presidente Bukele le llama “daño colateral”. Segundo: todos los seres humanos somos sujetos de derechos humanos, independientemente de que hayamos cometido un crimen o no, esta es una realidad que no debemos dejar que opaquen los populismos y los que buscan soluciones simplistas y fáciles al problema de la violencia y la delincuencia. Es necesario entender que un país como El Salvador debe cambiar de estructuras sociales; no se trata de acomodar a garrotazos a la población en las estructuras de pecado, por usar un término teológico, que existen, provocan muerte y violentan los derechos humanos de todas las personas de la sociedad salvadoreña. Mauro Izazaga: ¿Considera usted que la llegada de Nayib Bukele a la presidencia ha sido un retroceso en lo que se había ganado —poco o mucho— sobre la situación de los derechos humanos en El Salvador? Francisco Samour: Sí, es un retroceso. Si bien después de los Acuerdos de Paz en El Salvador los avances en materia de derechos humanos se fueron dando de forma lenta y con muchas trabas por parte de los gobiernos de ARENA y el FMLN, al menos los defensores de derechos humanos y los periodistas tenían algún margen para hacer su trabajo y denunciar irregularidades por parte del Estado y las autoridades de seguridad. Lo anterior puede verse en la manera en que medios como El Faro y otros pudieron destapar casos de corrupción y ayudaron a llevar a la cárcel a figuras como los expresidentes Francisco Flores, Antonio Saca y Mauricio Funes. Actualmente, los periodistas y defensores de derechos humanos en El Salvador son perseguidos y acosados incansablemente por agentes del gobierno y en redes sociales. También durante las presidencias de Mauricio Funes y Sánchez Cerén funcionó una Secretaría de Inclusión Social, a través de la cual el Estado promovió causas a favor de la salud sexual y reproductiva de las mujeres, la inclusión de sectores marginados de la población y otros temas relacionados. Esto ya no existe con el gobierno de Nayib Bukele. La Secretaría de Inclusión Social desapareció, todo el personal vinculado a ella fue despedido en 2019, y si bien el presidente Bukele se mostró en un inicio a favor de temas relacionados a la inclusión social y los derechos sexuales y reproductivos, su postura pronto cambió para mantener contentas a las élites que realmente gobiernan El Salvador, que suelen ver con desconfianza y rechazo estos temas y la defensa de los derechos vinculados a los mismos. Pero, sobre todo, el retroceso se ha dado en relación a controlar la delincuencia a través de un estado de excepción que permite a la policía capturar

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3