Derechos Humanos / Anuario Edición 2022

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2022 105 tricciones de tránsito y uso de armas como cohetones, balas de pintura y gas lacrimógeno. En esta jornada se documentaron cuatro agresiones de elementos de seguridad capitalinos contra integrantes de la Brigada Humanitaria de Paz Marabunta y 16 agresiones contra periodistas (FLEPS, 2021).15 Finalmente, la jornada de protesta del 8M de 2022 no fue la excepción y en ella se recurrió nuevamente al uso de gas lacrimógeno para la dispersión de manifestantes identificadas con el Bloque Negro, resultando lesionadas tanto mujeres policías como mujeres manifestantes. En esta movilización resaltó el uso de las vallas metálicas que resguardaron inmuebles históricos como memoriales para nombrar a las mujeres víctimas de feminicidios y desapariciones. Si bien se presentaron disturbios en los que otra vez intervinieron miembros de la Brigada Humanitaria de Paz Marabunta para evitar el escalamiento de las confrontaciones, el ánimo que prevaleció fue el de una movilización pacífica —festiva y alegre, incluso (García, 2022)— de alrededor de 75 mil mujeres que recuperaron masivamente las calles de la capital del país, como ocurrió antes del inicio de la emergencia sanitaria, a pesar del anticipo de parte de las autoridades capitalinas de un ambiente de violencia (Aquino & Sarabia, 2022). La Red #RompeElMiedo, el FLEPS y la organización Comunicación e Información de la Mujer volvieron a documentar conductas de estigmatización dirigidas tanto a grupos feministas como a las mujeres en general, comenzando por las descalificaciones del presidente López Obrador que acusó que la protesta era muestra de una postura reaccionaria en contra de su gobierno, así como violaciones de derechos humanos como resultado de un uso excesivo de la fuerza (FLEPS, 2022).16 Como ha quedado expuesto, de 2018 a la fecha no ha sido la legislación el instrumento con el que se ha buscado limitar y criminalizar el derecho a la protesta, sino que, visiblemente en el caso de la movilización de las mujeres, han sido la estigmatización desde las autoridades responsables de garantizar la protesta y el uso desproporcionado de la fuerza, los mecanismos con los que se ha restringido el disenso en las calles. LA AMENAZA DE UN PODER MILITAR EN EXPANSIÓN A lo descrito en el anterior apartado, de suyo problemático para las condiciones en las que tiene lugar la protesta social en México, habría que sumar como amenaza la expansión del poder militar en el país (Centro Prodh, 2021). Como se adelantó en la introducción, del actual gobierno se esperaba un replanteamiento de la estrategia de seguridad para enfrentar al crimen organizado y la violencia desbordante. Sin embargo, lo que ha pasado en los últimos cuatro años es la profundización de la militarización de la seguridad pública, con la diferencia de no emplear a las Fuerzas Armadas en combates frontales con los grupos de la delincuencia organizada, pero sí realizando efectivos del Ejército y la Marina tareas de seguridad pública y participando estas dependencias, de modo sustancial, en el desarrollo de la Guardia Nacional, en tanto nueva corporación de seguridad originalmente bajo mando civil. 15 Ver: https://libertadyprotesta.org/wp-content/uploads/2021/03/FLEPS_8m_v1.pdf 16 Ver: https://libertadyprotesta.org/wp-content/uploads/2022/03/220311_Comunicado-Fleps8-9-marzo-2022_Final-1.pdf

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