DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2021 47 Los estudios de género proponen desafiar el sistema reivindicando el discurso y, a su vez, cambiar relaciones, dinámicas de poder, visibilizan al grupo vulnerado por la historia, como es el caso de las mujeres, y proponen dinámicas sociales incluyentes. La pedagogía con perspectiva de género aborda y aplica una educación más justa, equitativa, donde se pretende erradicar cualquier discurso y práctica de los distintos tipos de violencia que hemos asumido, normalizado y propagado como sociedad patriarcal. Como feministas y educadoras populares nos proponemos elaborar colectivamente herramientas y caminos que apunten a la construcción de relaciones sociales emancipatorias. Pensamos, imaginamos y proyectamos una emancipación integral, múltiple, compleja, dialéctica, alegre, colorida, diversa, ruidosa, desafiante, libertaria, ética, polifónica, insumisa, rebelde, personal, colectiva, solidaria. Buscamos una emancipación que cuestione y vaya quebrando las miradas, prácticas y representaciones sociales dicotómicas, opresivas, haciendo caminos hacia la creación de un feminismo socialista, latinoamericano; revolucionario y revolucionado en sus propuestas y conceptos; claro y consistente en sus definiciones y búsquedas; transparente en sus opciones éticas; reconstructor de los procesos históricos; transformador de lo personal/político; comprometido con todos los sectores explotados, subordinados, silenciados, oprimidos, deslegitimados (Karol, 2007, p. 9). La educación con perspectiva de género nos abre horizontes que aportan a la sociedad mejores condiciones de vida, hablando desde lo cultural, político, emocional, con una mirada transversal para optar por relaciones sanas, no violentas, más justas, equitativas, sin discriminaciones de cualquier tipo. La necesidad de la aplicación de la pedagogía de género ha sido un tema recurrente en espacios académicos y gubernamentales, poniendo como principales acciones en la agenda pública, la perspectiva de género y la defensa de los derechos humanos. En el 2011 se logró un gran avance en la defensa de estos derechos: las acciones de movimientos sociales, particularmente el feminista, donde la Reforma Constitucional de los Derechos Humanos presentó un cambio en torno a las instancias gubernamentales y la sociedad, y generó un avance en el goce y ejercicio en materia de derechos humanos, precisado en: “la obligación para todas las autoridades, sin distinción alguna, de cumplir con cuatro obligaciones específicas: ‘promover, respetar, proteger, y garantizar los derechos humanos’” (Gobierno de México, 2011). Aunado a esto, se estableció dentro de dicha Reforma incorporar en la educación a todos los niveles los derechos humanos. Esto presentó un reto a las instancias para aplicar obligatoriamente la Reforma, asegurando que se promuevan, respeten y protejan los derechos humanos y la dignidad de la persona. Asimismo, generó protocolos para prevenir, investigar y sancionar a todo aquel que los incumpla. Esto hizo replantear la Ley General de Educación, que tuvo una última adaptación en 2019. Lo anterior abrió las posibilidades en materia jurídica de impulsar una pedagogía que ofreciera herramientas para la erradicación de la violencia de género; esta lucha por parte de académicas y colectivos feministas ha tenido avances, pero también se ha develado que no todas las instituciones han
RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3