Derechos Humanos / Anuario Edición 2021

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2021 159 posibilidades de acceder a la educación, lo que a su vez impacta directamente en la situación económica per cápita. Es decir, las desigualdades estructurales impiden el acceso igualitario a internet y eso provoca que estas desigualdades se acrecienten. El caso de México lógicamente se encuentra inserto en estas características. Aunque diversos estudios muestran que el país es líder respecto a otros países de la región en inversión en tecnología y velocidad de conexión (Arenales, 2022), los niveles de acceso a internet igualmente se ven afectados, por lo que resulta fundamental analizar cuáles son las barreras materiales que impiden este acceso. En el “Estudio sobre los hábitos de los usuarios de internet en México de 2016”, elaborado por la Asociación Mexicana de Internet (amipci), se encontró que 47% de las personas en el territorio que no tenían acceso a internet era por poca oferta de conectividad en las zonas del país y la baja velocidad de estos servicios. En segundo lugar, están los costos elevados de los servicios. La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (endutih) reportó en 2019 a 80.6 millones de usuarios de internet en México, representando 70.1% de la población mayor de 6 años. De este porcentaje, 95.3% se conectan a través de un celular inteligente, 33.2% por medio de una computadora portátil, 28.9% a través de una computadora de escritorio, 23.4% a través de una Smart tv, 17.8% por de medio de una tablet y 8.4% a través de una consola de videojuegos. Analizando esta información, puede identificarse que hay una diferencia de más de 60 puntos porcentuales entre el celular inteligente como la primera herramienta y los restantes. Esta consideración es importante debido a que normalmente el acceso a internet a través de celulares se da por medio de tarjetas de prepago, las cuales comúnmente no son suficientes para utilizar aplicaciones que requieran un gran consumo de datos. Es decir, contar con un celular inteligente que tenga acceso a internet, en el cual únicamente se utilizan aplicaciones de mensajería instantánea, no es lo mismo que contar con una computadora que permita tomar clases en línea a través de plataformas de videollamada. Aunque ambos cuentan con acceso a internet, no representan el mismo valor respecto a la satisfacción de necesidades básicas o derechos fundamentales. Esto implica que, aunque la endutih reporta un número alto de usuarios de internet, la mayoría de ellos lo realizan a través de un teléfono móvil, que no tiene las capacidades y funciones técnicas de una computadora portátil. Por lo tanto, el acceso al internet no garantiza que este sea de calidad o funcional. En adición a los datos mencionados, el Instituto Federal de Telecomunicaciones refiere en su estudio “Uso de las tic y actividades por internet en México”, de 2019, que la probabilidad del uso de internet varía dependiendo de las características sociodemográficas: sexo, nivel educativo, ingreso por hogar, ocupación, edad, e incluso entidad federativa, que impactan en las oportunidades que las personas tienen de utilizar el internet en su vida diaria. Los hogares con un ingreso mayor a 27,307 pesos mexicanos mensuales tienen una probabilidad de acceder a internet de 40.6 puntos porcentuales sobre aquellos hogares que tienen un ingreso menor a 12,883 pesos mensuales. La ubicación geográfica también es un aspecto determinante en el uso de internet, siendo la población de zonas urbanas quienes tienen una probabilidad de acceso de 73.1%, en comparación al 40.6% de la zona rural.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3