DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2021 131 fundamento surge un marco normativo amplio que establece las diversas formas de coordinación entre los tres niveles de gobierno para llevar a cabo dichos fines. En este sentido, la necesidad de la planeación económica por parte del Estado ha dejado de ser un tema de pugna ideológica y se ha convertido en una indiscutible necesidad; situación que ha quedado plasmada desde las reformas constitucionales de 1983, donde quedaron establecidos como principios la rectoría del Estado, la economía mixta, la libre concurrencia y la prohibición de monopolios, así como la planeación democrática (Valencia, 2017, pp. 135-136). Derivado de lo anterior, tenemos que el Poder Ejecutivo de cada entidad federativa define un Plan Estatal de Desarrollo que establece los ejes, planes y programas que llevará a cabo el gobierno en turno. En este sentido, el Plan Estatal de Desarrollo del Estado de Puebla (en adelante pedp), parte de una “propuesta específica para cada región del estado que considere las características particulares de cada una de ellas: suelo, clima, gente, vocación productiva, ubicación geográfica, comercio, entre otros aspectos importantes” (pedep, p. 21). Cabe señalar que en el Plan hay una fuerte lógica de mercado, pues considera el progreso como uno de sus ejes, entendiéndolo como “crecimiento económico con un enfoque incluyente, sin concentración de la riqueza y con especial atención en el respeto y cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad de los recursos naturales, con miras al beneficio de las futuras generaciones” (pedep, p. 21). Un rasgo importante del pedep es que propone una nueva regionalización de la entidad federativa, basada fundamentalmente en una visión economicista, orientada conforme a sus sistemas de conectividad a efecto de generar cadenas de valor, respecto de sus potencialidades económicas; todo en aras de abatir la pobreza y reducir la marginación [sic] (pedep, p. 27). Si bien el Plan refiere a la justicia social y la redistribución como ejes de este desarrollo, no aporta algo novedoso o concreto en cómo lograrlo. Asimismo, no establece la necesidad de participación de los mismos actores beneficiarios, lo cual mantiene la perpetuación de lógicas verticales. De esta manera, tenemos que el pedp organiza la entidad federativa en 32 regiones, de las cuales el Área Metropolitana de la Ciudad de Puebla abarca 11 regiones, dada la masividad de la misma. En dicha región hay 11 municipios, los cuales son: Puebla, Amozoc, Cuautlancingo, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, Ocoyucan, San Gregorio Atzompa, Juan C. Bonilla, Coronango, Tlaltenango y San Miguel Xoxtla. Cuenta con una población de 2,190,900 habitantes, así como con 98,000 unidades económicas, empresas, lo cual representa un valor agregado censal bruto de 124,168 millones de pesos (80,216 derivados de la industria y 43, 952 de servicios); a la par, el sector agropecuario representa 886 millones de pesos (pedp, p. 71). Por cuanto al factor social, la región presenta contrastes evidentes. El 43.35% de la población vive en situación de pobreza, mientras que 4.43% se halla en condición de pobreza extrema; 53.93% no cuenta con acceso a seguridad social y 20.80% no cuenta con acceso a servicios de salud, 23.57% presenta rezago alimentario, mientras que 12.59% tiene rezago educativo; 10.26% no cuenta con servicios básicos en la vivienda. Y solamente hay 178 unidades médicas públicas: 164 de consulta externa, 6 hospitales generales y 8 de hospitalización especializada (pedp, p. 71).
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