DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2021 109 Es indispensable hacer esta diferenciación entre los trabajadores agrícolas, porque ayuda a entender las dinámicas que se presentan en sus relaciones laborales; en el caso del municipio Los Reyes de Juárez se encuentra un pequeño grupo de medianos y pequeños propietarios de tierras, que les permite contratar a otras personas para trabajar su tierra; también se ubican agricultores de subsistencia, los habitantes cuentan (se habla de un total de 30,021 habitantes) con un pequeño pedazo de tierra que es utilizado para consumo familiar y en época de cosecha se emplean con los propietarios de grandes extensiones de tierra. El trabajo en el campo es desgastante físicamente y si se suman las malas prácticas que se han impuesto en aras de la sobreproducción, puede considerarse dentro de las tres actividades más peligrosas, en conjunto con la construcción y la minería. De acuerdo con estimaciones de la oit (2000), de un total de 330,000 accidentes laborales mortales en todo el planeta, 170,000 víctimas se dedicaban al trabajo agrícola. Existen factores de riesgo que contribuyen al aumento de accidentes como el uso de maquinaria (tractores, segadoras), de sustancias nocivas como agroquímicos y plaguicidas; todos estos son utilizados por los trabajadores sin contar con las herramientas necesarias para su protección y que a la larga pueden provocar problemas de salud como intoxicación, cáncer y, en el peor de los casos, la muerte. Se ha observado el aumento en la diversificación del trabajo en el campo; el avance tecnológico también permite la mecanización a gran escala; las condiciones geográficas y climáticas juegan un papel importante en las técnicas que se deben emplear; en este sentido, los países desarrollados tienen ventajas porque las grandes empresas agrícolas se encuentran altamente mecanizadas y operan a gran escala, por otra parte, en los países en desarrollo se utiliza un gran porcentaje de mano de obra (Oficina Internacional del Trabajo, 2011). Sin embargo, la utilización de herramientas y equipo son vitales para el desarrollo laboral diario, ayudan a mejorar los tiempos y ser más efectivos; entre las tareas que destacan se encuentran labrar tierra, uso y aplicación de productos químicos agrícolas (fertilizantes, plaguicidas, etc.), plantar semillas, cosechar y guardar cultivos, transportar estiércol, entre otros; las herramientas que se utilizan son: picos, martillos, machetes, herramientas mecánicas portátiles, palas, hoces, entre otros (oit, 2011). La utilización errónea de estos equipos puede provocar laceraciones en el cuerpo de los trabajadores, de ahí la importancia de la correcta utilización, portando el equipo necesario y capacitando a los trabajadores. Lamentablemente en México la mayoría de los trabajadores agrícolas se encuentran en la informalidad laboral y aunado a esto la falta de gobernanza se hace presente (oit, s.f), originando desigualdad y pobreza. Los trabajadores rurales no tienen acceso a la protección social, sin embargo, la legislación mexicana contempla que la seguridad debe extenderse al campo: “Artículo 234. La seguridad social se extiende al campo mexicano, en los términos y formas que se establecen en la presente Ley y los reglamentos respectivos” (Ley del Seguro Social, 1995). Independientemente de la informalidad en la que se encuentren los trabajadores, estos pueden acceder a la seguridad social por medio de un convenio de incorporación voluntaria o mediante el seguro de salud. De acuerdo
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