104 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2021 cusión la vida y la responsabilidad colectiva? ¿cómo narrar la violencia sin que ello nos paralice, sino que nos movilice? Estas preguntas, que en ningún caso implican una respuesta única, ponen frente a nosotras/os la necesidad de considerar nuestro involucramiento en el campo, las múltiples relaciones en las cuales se desenvuelven nuestras prácticas y los significados y relaciones que ayudamos –o no– a reproducir en nuestro quehacer. Nuestras ideas, reflexiones y teorías deben de brotar del encuentro con la realidad. Por último, podemos decir, que si hay un lugar donde se juega la memoria es justamente en las resistencias; es el cúmulo de experiencias compartidas que se actualizan y se resignifican para hacer frente a las necesidades del presente. La memoria no es sólo política pública, siempre a la sombra del Estado, no es principalmente relato institucionalizado, sino que es, sobre todo, acto, reapropiación y resignificación de lo vivido. Esto implica una aproximación específica al campo, a las realidades dolientes, tanto al momento de escucharlo como de plantear nuestros posicionamientos éticos y políticos al entrar en él, para poder crear espacios dignos en tiempos precarios. Termino con algunas palabras de Juan Luis Hernández Avendaño, que expresó en el discurso para asumir la Misión de Rector en la Universidad Iberoamericana de Torreón, el 21 de junio de 2021: A toda hegemonía corresponde una resistencia. Por pequeña, marginal y dispersa que sea, hoy somos testigos del paso de Dios por nuestra historia. A lo largo de nuestro tiempo siempre se sostienen todo tipo de resistencias, artísticas, religiosas, éticas, educativas, económicas, sociopolíticas. La realidad es también acción colectiva, movimientos sociales, sociedad civil, iglesias comprometidas, universidades situadas y de incidencia social, servidores públicos comprometidos con el país y la región. En tiempos donde el discurso dominante es que no se puede cambiar nada que desmoviliza y desmoraliza, hay muchos proyectos que dicen lo contrario, proyectos de defensa de territorio, del agua, de soberanía alimentaria, del trabajo digno, del cuidado de la casa común, de la reconstrucción del tejido social, entre otros muchos. La realidad es también las madres y los padres de familia buscando a sus hijos desaparecidos, quienes nos inspiran con su tesón a pesar de haber sufrido probablemente uno de los dolores más insoportables para un padre o una madre. Buena noticia son los colectivos que se han organizado para defenderse de la violencia rapaz, inhumana y animal que ha prevalecido en México. Referencias Calveiro, P. (2012). Violencias de Estado: La guerra antiterrorista y la guerra contra el crimen como medios de control global. Buenos Aires: Siglo xxi Editores. Calveiro, P. (2015). Políticas del miedo y resistencias locales. Athenea Digital. Revista de pensamiento e investigación social, 15(4), 35–59. Calveiro, P. (2017). Víctimas del miedo en la gubernamentalidad neoliberal. Revista Estudios Sociales, 59, pp. 134-138. DOI: https://dx.doi. org/10.7440/res59.2017.11 Calveiro, P. (2019). Resistir al neoliberalismo: comunidades y autonomías. Buenos Aires: Siglo xxi Editores.
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