Derechos Humanos / Anuario Edición 2021

100 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2021 Las memorias colectivas desde la imaginación política para disputar los futuros En este apartado nos interesa profundizar en las memorias colectivas desde la imaginación política para disputar los futuros. En un primer momento, se centraría en la descripción de la imaginación política que tiene una comunidad que resiste a través de sus memorias colectivas. Lo primero que podemos decir ante la imaginación política que puede despertar las memorias colectivas de una comunidad, es que es una herramienta para leer los signos de los tiempos y ponerlo en relación con las generaciones pasadas para poder actualizarlos y adaptarlos a las necesidades del presente (Calveiro 2019). La imaginación política no se genera a través de recuperar solamente el tiempo pasado, más bien, somos nosotros, sujetos del presente, quienes damos el tiempo a las cosas para proyectar futuros (Piper, 2013). En este sentido, podemos decir que la memoria no es que sólo archive sucesos que nos han pasado, sino que la memoria crea futuro a partir de la imaginación. Podríamos decir que las memorias se mueven hacia adelante y hacia atrás, que nos permiten imaginar y comprender nuestra manera de relacionarnos con el mundo. En este sentido, podemos decir que la memoria no tiene su función como una gestora de información, sino más bien es una práctica social que crea experiencias y que es, al mismo tiempo, generadora de tiempos compartidos. Recordar es imaginar. Es decir, nosotros no recordamos hechos objetivos sino interpretaciones de lo que hemos vivido y es a través de la imaginación que construimos nuestras experiencias vividas. Desde este punto de vista, podemos decir que la imaginación no es una capacidad que está subordinada al plano cognoscitivo, sino que es una actividad en línea con la ética y con la política (Piper 2013). La imaginación no es una fantasía espontánea, sino que está condicionada por la cultura, por la afectividad y por lo político que organiza la subjetividad y el sentido de la existencia. Pero esta imaginación, aunque esté condicionada, no puede estar determinada. Aquí entra en juego la imaginación política, no como un don divino que cae por arte de magia, sino como una práctica constante de querer hacer presente lo que la sociedad pone en ausencia. Es con este ejercicio desde la imaginación política que va disputando el futuro, que se resiste ante el neoliberalismo y que pretende crear presentes dignos, más justos, a pesar de la represión que se pudiera experimentar. Cabe mencionar que la imaginación política que proviene de las memorias colectivas en resistencia, no provienen de espacio de la unanimidad nacida de la sumisión o de la imposición de palabras unilateralmente formuladas y protegidas para resultar una narrativa uniforme. Por el contrario, estos espacios de comunidades que son resistentes al neoliberalismo a través de las memorias colectivas forjando imaginarios políticos, son espacios que se arriesgan a la exposición. Es decir, van forjando y disputando el futuro a partir de las palabras que siempre están expuestas a la comunidad, para que se ofrezca como señal de esperanza, donde se construye un espacio de reconciliación, donde cada una de las vidas puede encontrar su lugar en esa conversación. La comunidad forja la imaginación a través de cuestionarse de cómo quieren vivir, esto lo hacen desde el diálogo, desde una convivencia contrahegemónica.

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