Derechos Humanos / Anuario 2020

34 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 reconocer que la violencia que están viviendo no es por su culpa, no es una decisión personal, sino es todo un sistema que se implica, que ha abonado a que eso ocurra y, por lo tanto, la sanación tiene que atravesar por ese cambio hacia un terreno más amplio y social. Creo que ahí vamos, ojalá que pronto [estemos] en mejores condiciones para eventualmente dar un mayor acompañamiento más integral desde esta mirada psicosocial. Ana Gamboa: Me parece muy importante de lo que están hablando, me doy cuenta de que, constantemente, aparece en lo que nos comparten, “el proceso de acompañamiento y sanación”. ¿Consideran que el proceso de sanación colectiva es una forma de resistir al sistema patriarcal y machista, y/o una forma de esperanzar un mundo diferente? Fernanda Quezada: ¡Ay!, a mí es un tema que me encanta y me apasiona, pues es reconocer la sanación desde su dimensión política, porque muchas veces se ha desprestigiado el mismo proceso de sanación, entendiéndolo como una mera regulación emocional (lo que quiera que eso significa); sin embargo considero que reconocer el potencial de sanación desde una forma colectiva, de entrada, ya es una ruptura de todo lo establecido, una ruptura de esa mirada hegemónica que nos separa mente y cuerpo, que nos separa unas entre otras. Por lo tanto, creo que hablar de sanación, en términos políticos y colectivos, es poderosísimo, y algo que en los acompañamientos en los que yo he estado, puedo ver muy cerca cómo se vincula, justicia y sanación. Porque muchas veces, y ante las continuas fallas del Estado, hay muchos obstáculos para acceder a la justicia. Entonces, apostarle a una sanación, preguntándonos: ¿para ti qué es justicia?, ¿para ti cómo recuperas tu proyecto de vida?, ¿cómo recuperas el vínculo con tus familiares después de esto ocurrido?, resulta bastante potente, pues estamos asumiendo nuestro poder personal y colectivo, para encaminarnos hacia aquello que se nos fue quitado. Así, como lo decía Anabel, en Recomu apostamos por ese proceso de sanación “ya no sólo por mí porque la herida no soy yo nada más, sino somos todas”, y entonces es pensando en colectivo donde podemos cuestionar ese sistema del que hablas. Ana Gamboa: Claro, cuestionar el sistema que nos violenta constantemente. Por ejemplo, desde el Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) observamos cómo la violencia contra las mujeres también se cruza con otras violencias sociales y, de pronto, nos vemos en la tarea de cómo denunciar las fallas y las responsabilidades del Estado en la materia, pero también nos preguntamos constantemente cómo anunciar esperanza y creer que existe una posibilidad de cambio de este sistema, pues si no creyéramos en dichas posibilidades, resultaría bastante complicado. En este sentido, ¿qué estrategias consideran que han sido las que más han funcionado en este proceso colectivo de acompañamiento y sanación?

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