Derechos Humanos / Anuario 2020

306 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 gaproyectos y, por lo tanto, colocar en el discurso, en la narrativa y también en la mirada transformadora de este proceso, el cambio sistémico. Y es posible o no, ir a ese cambio sistémico, yo pienso que sí, por una razón, primera es que este sistema muestra ya muchos signos de su incapacidad de continuar, si no es a partir de una destrucción creciente, es un sistema cada vez más devastador y sus crisis lo hacen cada vez más violento y destructivo, y no es posible sostener esto mucho más tiempo. El sistema va a cambiar. Creo que el desafío mayor para nosotros y, sobre todo, para los jóvenes, es construir lo nuevo. Por eso decía yo: ¿dónde buscar los códigos, las claves de esta propuesta civilizatoria?, la cual tenemos que construir entre todos. Yo creo que los jóvenes empiezan a romper desde el proyecto cultural, los paradigmas culturales que sostienen este sistema y que tienen que ver, uno, con el colonialismo y esta discriminación a los pueblos sabios, que tienen las claves del futuro; dos, el patriarcado, que mantiene estas jerarquías de poder y de dominación que hoy también se explican desde la imposición de los proyectos y de todas las formas de poder en la vida, y el propio sistema capitalista en su afán de competencia y ganancia. En la medida en que podamos ir rompiendo estos pilares del sistema y podamos ir construyendo otros, entonces, vamos a hacer posible, con esperanza y con trabajo muy organizado y colectivo, una civilización nueva. Apostemos por eso, tenemos que construir con esperanza, lo digo porque sé que para los jóvenes pareciera que no les estamos dejando nada de luz, pero hay luz, y hay esperanza y depende mucho de que nosotros construyamos ese camino. *** Después de todo lo que hemos escuchado, yo diría que la lucha por la defensa del territorio es la lucha por la vida misma, por el darnos un futuro diferente, un futuro en el que se logre, decía yo, la armonía de los diferentes componentes de la vida; creo que está este sentido del cuidado, donde nosotros nos relacionamos con nosotros, de sujeto a sujeto, y con la naturaleza como otro sujeto, es una dimensión muy profunda, digamos, de lo que necesitamos y podemos construir. Finalmente, creo que muchas de las posibilidades de avanzar en esa ruta están puestas en tener un buen diagnóstico, en ser abiertos a entender los procesos con todos sus grises, sus negros, sus luces, y por eso creo que los conversatorios que vienen van a ser claves para tener este diagnóstico más completo, más preciso y poder entonces acompañar o diseñar estrategias que permitan a los pueblos no sólo defenderse, sino construirse en ese proceso.

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