Derechos Humanos / Anuario 2020

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 299 nosotras poner el límite, [junto] con otras. Entonces los scratches son una buena forma de poner límite, aunque nos descalifiquen siempre los scratches, esa es una buena forma de poner límites; pero, aparte de esto, aparte del límite colectivo, del acuerpamiento colectivo, necesitamos destejer toda la construcción de nuestra feminidad que implica sanar las heridas de cómo hemos sido construidas, y también crear espacios. Pero a nosotras no nos toca [sólo] crear esos espacios, sino que, obviamente, es urgente que los hombres –no los agresores, los hombres que no son agresores, que han decidido no serlo, que han decidido que esto no es humano–, empiecen también a reunirse entre ellos, a deshilar la masculinidad aprendida, eso es urgente. Todos los hombres solidarios que conozco me dicen: “¿qué hacemos, qué hacemos, qué hacemos?” A mí no me toca decidir lo que hacen, a nosotras nos toca hacer lo que tenemos que hacer, que es recuperar la vida, construir espacios colectivos de protección y defensa y de respaldo de nuestra vida. A los hombres, ¿qué les toca? Solidarizarse, defenderlo, ¿y qué más?, ¿ustedes sienten que es un privilegio tener el poder de hacer daño? Eso para ustedes: acosar, humillar, ¿es un privilegio? No, ¿verdad? No, no lo es, ese es el problema, no es un privilegio. Hay que reconectar con la humanidad, con el corazón, con el respeto, con la apertura, con la sensibilidad, pero eso, ¿cómo se hace? Igual que nosotras, desde hace generaciones y generaciones y siglos, nos reunimos entre nosotras para deshilar el dominio, sobre nuestros cuerpos y vida, les toca a ustedes lo mismo, reunirse entre ustedes, repensar por qué me molesta tanto que mi compañera haga lo que quiera de su vida, por qué me reúno con mis amigos haciendo chistes y acosando a otras chicas, por qué le pongo una droga en su bebida para poder abusar de ella. Todo eso se tiene que pensar, repensar, reflexionar, obviamente, desde la voluntad de dejarlo, no sirven los clubes de hombres que se dedican a ejercer más dominio. Yo estoy hablando, obviamente, de hombres solidarios y que quieren recuperar la sensibilidad. Obviamente, nosotras ya estamos haciendo lo que nos toca, ustedes necesitan empezar a hacer lo que les toca, por ejemplo, cuando están juntos jamás validar, jamás validar y legitimar una broma sexista contra una compañera, jamás salirse del grupo. ¿Qué implica eso? Romper el pacto patriarcal sobre nosotras, y nosotras lo estamos haciendo, y estamos a años luz, pero les toca hacer lo mismo, si queremos crear relaciones de respeto, de autonomía y libertad debida, para todas. No solamente nos toca a nosotras, repito, nosotras ya estamos haciendo lo que nos toca, les toca a ustedes no solamente solidarizarse, les toca colectivamente tener una voz distinta, políticamente plantarse, políticamente desvincularse de cualquier acto de violencia y de cualquier agresor. Si ustedes saben que hay un profesor que es agresor, no llegar a sus clases; si saben que tienen un amigo agresor, dejar de ser su amigo. Es decir, requiere una acción colectiva también en los hombres, contundente, frente a la violencia, frente a los agresores, y con esas palabras, les dejo. Muchas gracias.

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