Derechos Humanos / Anuario 2020

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 287 abogados, eso es lo que pasa, ellos sí saben cómo sortear la ley o cómo sobornarla. Esto es como si en un hospital, en un servicio de emergencia, se procediera a darles a todos la misma atención; si alguien llega con el dedo machucado y otro llega con un balazo atravesado en la cabeza, deben tener prioridades. Lo mismo, ningún sistema penal es capaz de llevar a todos y de sancionar a todos, entonces tiene que enfocar sus prioridades, tiene que tomar decisiones. El hecho –y hay estudios que así lo han demostrado, hay evidencia empírica en lo que estoy diciendo–, está demostrado, no hay una correlación entre a mayor delincuencia, mayor gente en prisión. Los países, y por eso empecé al inicio situando a México en ese contexto internacional, es una decisión de cada país a cuántas personas lleva a prisión. Es una decisión consciente o es una decisión inconsciente, pero cuando esta decisión es consciente, como en los países europeos, lo que hacen es sacar a la mayor parte de la gente que no tiene por qué estar ahí y dejar a quienes tienen que estar ahí, pero con un respeto pleno de todos sus derechos, ¿por qué?, porque eso nos conviene a todos; a todos nos conviene que esa gente no salga con más daños, con más agravio, con más resentimiento, con más dolor. Una de las definiciones de la criminología moderna que a mí me gusta mucho, y que creo que nos traza un panorama hacia dónde ir, es la que dice: la criminología debería estar avocada a reducir los daños y el dolor que provoca el delito, y a reducir los daños y el dolor que provoca la sanción del delito. Esa debería ser nuestra misión. En el fondo, tendríamos que hacer una serie de recomendaciones de cómo ir corrigiendo esto; muy puntuales, de políticas públicas, que son un chorizo de recomendaciones puntuales, que les leo rápidamente: Primero, hay que revisar los códigos penales. Se ha ido perdiendo la proporcionalidad. Cuáles son los delitos que realmente dañan, los que deben tener perdones mayores… pero aquí se ha roto esa proporcionalidad, y todos queremos que sean delitos graves; no, hay que revisar esto, y ver que los delitos que más dañen –desapariciones, homicidios, yo qué sé–, todo eso, es lo que debe ser penado. Reducir el uso de la prisión preventiva oficiosa. Nuestro país lamentaba a cada rato, más y más; mejorar la infraestructura y evitar el hacinamiento; asegurar el abasto de agua y alimentos suficientes y de buena calidad; diseñar medidas que permitan un control efectivo de actos de corrupción y extorsión; tomar todas las medidas necesarias para impedir actos de tortura, humillación y malos tratos; prohibir el régimen basado en esa segregación y aislamiento del que hablamos; mejorar sustantivamente los servicios de salud, y asegurar el abasto de medicamentos; recuperar el control y la gobernabilidad de las prisiones que se hallan en poder de grupos delictivos; dignificar y mejorar la calidad de vida, tanto de las personas privadas de libertad como del personal penitenciario; y promover una cultura del buen trato. Hay una investigadora inglesa que les recomiendo mucho leer, se llama Alison Liebling, y lo que ella ha medido en las presiones,

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3