Derechos Humanos / Anuario 2020

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 281 para hombres y mujeres, en los hechos no es así. En muchas prisiones, donde hay una mayoría de mujeres en prisiones para varones, [ellas son] quienes terminan cocinando, lavando, limpiando, haciendo todo para los varones, pues, a veces, las mujeres hacen que les paguen por sus servicios y les conviene, de alguna manera, pero, muchas otras veces, no es el caso, y también existen muchos riesgos de violencia. También hay que decir que, en las prisiones para mujeres en el país, viven 500 niños, porque la ley así lo autoriza, pero, otra vez, es una ley un poco curiosa. La ley autoriza que los niños puedan estar ahí, hasta los 6 años de edad, cuando la madre así lo decide o no hay mejores condiciones para esos niños, lo cual siempre es un tema muy controversial. Nadie puede pensar que la cárcel es un escenario para criar a los niños o que sea acorde con el derecho superior de la infancia, pero, muchas veces, esas madres que están en prisión no tienen otra alternativa y defienden esta posibilidad de tenerlos con ellas. Otra vez, si esto es algo que la ley permite, la ley tendría que dotar a estos niños de las condiciones dignas y acordes con los derechos de la infancia. Esto no es así, no tienen un espacio específico, no tienen áreas de juego, ni siquiera alimentos les dan; las mujeres tienen que compartir o proveer esos alimentos para sus niños, y no tienen tampoco atención médica. Entonces, es otra ficción: la ley autoriza qué, pero no da los medios para que eso ocurra en el respeto a los derechos de la infancia. Otra cosa que también forma parte de un imaginario equivocado es que se piensa que el crimen organizado prevalece entre las personas que están detenidas. No es así. 84 % de las personas que están privadas de libertad [lo están por delitos] del fuero común, y sólo 16 %, del fuero federal que, como sabemos, tiene un rango de delitos. Una cosa importante de destacar, porque aquí México sí se aparta un poquito de esa realidad que describí de las prisiones de América Latina, es cómo ha ido creciendo, creciendo [y] creciendo la población penitenciaria durante los últimos años. En México había ocurrido lo contrario, México había logrado reducir su población penitenciaria en 22 %, que no es poca cosa. En 2014, fue la máxima población penitenciaria que llegamos a tener, con 255 mil personas en prisión y esto había ido bajando, de 2014 a 2019, pero ¿adivinen qué? Justo cuando en todos los países del mundo, debido a la pandemia, sí empezaron a reconsiderar que había muchas personas que podían salir de prisión [y] que, además, están en riesgo ante la pandemia, empezaron a reducir su población penitenciaria, algunos de manera drástica. Imagínense que Irán, Afganistán y Turquía liberaron a 30 % de su población conforme a la pandemia; y en México nos hemos dado el lujo de que, en plena pandemia, hemos incrementado la población en prisión, lo cual es el verdadero colmo ni siquiera tener esa mínima sensibilidad. Justo hoy, ¿se acuerdan ustedes que había también una ley de amnistía? Bueno, ésta estaba prevista o pensada en el plan de este gobierno desde antes de la pandemia, pero luego se dijo que, para

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