Derechos Humanos / Anuario 2020

278 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 penitenciaria en toda la región de América Latina. Lo que, sobre todo –este crecimiento exponencial– llevó a la pérdida de control, por parte del Estado, de los establecimientos penitenciarios, y lo que ello produjo es de facto. Es ahí donde decimos: bueno, vivimos en una ficción suponiendo que es una ley que castiga tales conductas; suponiendo que la ley se aplica igual para todos. Todas y cada una de esas son ficciones que podemos derrumbar, que podemos cuestionar, y que sí, la sociedad vive con base a esas ficciones y es verdad que esas ficciones –hay que conceder–, permiten un supuesto orden, pero eso no quiere decir que no tengan consecuencias y daños muy importantes. Como en este caso, estábamos diciendo: creció la población y hay la pérdida, por parte del Estado, del control de esos establecimientos. ¿Qué es lo que se produce? Lo que se produce es una normativa paralela y un régimen feudo-legal en el que los grupos de prisioneros toman el control de la población, y esto puede ser de diferentes maneras. En pocos casos, como, por ejemplo, en algunas prisiones en el Perú, los presos han tomado ese control, pero han sido capaces de establecer una organización entre ellos, que es relativamente democrática, o si no totalmente democrática, por lo menos, está pensada para producir el bien de las personas que conviven allí. Sin embargo, ¿qué es lo que ocurre? Las más de las veces, cuando el Estado no tiene control –cuando el Estado tiene el control, vamos a hablar luego de lo que pasa–, cuando no tiene el control el Estado de esas prisiones, ¿qué es lo que se produce? Como siempre, la ley del más fuerte y someten a todos los demás presos a esa ley que, a veces, puede ser extremadamente cruel. Son, como sabemos, grupos delictivos o pandillas o cárteles o lo que sea, que se asocian entre ellos y, aquellos que forman parte del grupo dominante dentro de la prisión, pues se apropian de los bienes que siempre son sumamente escasos y someten a un dominio extremo a las otras personas que no forman parte de esos grupos. Entonces, insisto en la ficción. Se supone que las personas que están allí están por haber violado las normas y mediante un procedimiento judicial, que es legal, que es legítimo… pero hay que ver cuáles son las condiciones en que está esa gente ahí adentro, que, como bien nos dice esta autora, pues es construir un régimen paralelo de para-legalidad o de pseudo-legalidad. ¿Cuál es la razón de este incremento masivo de la población encarcelada en América Latina? Fundamentalmente dos variables son las que explican este expansionismo penal. Por un lado, lo que conocemos como populismo punitivo, es decir, ante el embate, no hay que negar que tenemos muy serios problemas de seguridad, eso es cierto; pero tampoco podemos negar que las cárceles no son una respuesta apropiada y no han contribuido a contener esa inseguridad. Entonces, tendríamos que estar obligados a repensar cuáles deberían ser otras formas de sanción que no produzcan más daños; más daños que los que se pretenden controlar. Ante ese crecimiento de la inseguridad, como siempre, hay

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