262 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 En el ámbito educativo puede ser observado un efecto similar, pues desde la época victoriana existe el pensamiento tradicional de considerar la menstruación como un impedimento para la educación de las mujeres debido a que estropea nuestras capacidades reproductivas (Birke, 2000 en Campos Rodríguez y Rodríguez-Shadow, 2014). En el ámbito deportivo también suele presumirse nuestra inferioridad física, además de que la planeación de los entrenamientos se realiza “con modelos adaptados del sexo masculino, sin adecuar el entrenamiento a las necesidades fisiológicas que el género femenino demanda” (Aguilar Macías, A. S., M. Miranda y A. Quintana Díaz, 2017), incluidas entre estas necesidades las generadas por el ciclo menstrual, pues concluyen que: […] existen diferencias significativas en la adaptación de la carga física en diferentes fases del ciclo menstrual, es recomendable incluir las variaciones del ciclo menstrual en las planificaciones de la actividad física femenina. Es decir, la desigualdad que las mujeres enfrentamos incluye las dificultades generadas por la invisibilización y la estigmatización de la menstruación en los diferentes ámbitos de la vida social. Botello Hermosa y Casado Mejía (2015) afirman que “las creencias y actitudes colectivas hacia el ciclo menstrual no solo parecen intervenir en lo que experimentan las mujeres, sino que se emplean como explicaciones para la conducta femenina” (p. 14). Por ende, la menstruación funciona como un elemento estigmatizador para las mujeres (aunque no es el único), ya que es concebida como una característica física que implica la inferioridad naturalizada de las mujeres como grupo social.9 Es decir, la menstruación, como otros elementos biológicos, está configurada culturalmente, de tal manera que pareciera justificar la subordinación de ellas frente a los hombres. Sobre la vergüenza, es posible añadir que se genera, entre otras razones, por las burlas del entorno, como proponen Sosa Sánchez, Lerner y Erviti (2014): “la menstruación […] pueda constituir un motivo de burlas entre el grupo de pares, lo que está relacionado con el carácter estigmatizado de la menstruación” (p. 11). biológico y bastante importante: Estabilidad hormonal. La estabilidad hormonal es una grandísima ventaja a nivel de no tener altibajos emocionales. Esto en [sic] un entorno empresarial y de riesgo es clave y determinante”. Su opinión generó más de 600 aprobaciones. Esta es una prueba de que, en países de primer mundo y contextos socioeconómicos favorecidos (deduzco esto únicamente por los regionalismos que utiliza al escribir y el acceso que tiene el usuario a Internet y un dispositivo móvil) persisten las ideas más tradicionales respecto de la inferioridad naturalizada de las mujeres. 9 La estigmatización de la menstruación impacta en diversos derechos humanos debido a la complejidad del fenómeno y a la interdependencia de éstos. Actualmente me encuentro realizando una investigación acerca de la vulneración de los derechos humanos de las mujeres a partir de la estigmatización de la menstruación, que me ha permitido reconocer que no sólo se ve vulnerado el acceso a la educación de las mujeres, sino su derecho a la dignidad, al libre desarrollo de la personalidad, a la salud, a la expresión y al goce de sus derechos sexuales y reproductivos. Por la amplitud del tema, elegí desarrollar un ensayo únicamente respecto del derecho a la educación.
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