DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 257 les referentes de la educación. Ellos aspiraban, incluso, a prohibir a las mujeres el desarrollo de las habilidades de la lectoescritura para evitar que se pervirtieran y que llegaran a participar en la vida pública y política de la recién constituida nación. Geneviève Fraisse (1991) analiza este descarte y considera que este […] proyecto de ley de Sylvain Maréchal destinado a prohibir que las mujeres aprendieran a leer muestra, en su extrema radicalidad, el temor de los demócratas a que su proclamado igualitarismo fuera también asumido como exigencia por las que debían ser esposas y madres sumisas (p.8). Se hace patente la desigualdad de género en la concepción de la importancia y democratización del acceso a la educación: para alcanzar el progreso es necesaria en y para ellos; para ellas debe ser inaccesible. En México es posible rastrear una evolución similar sobre la obstaculización de este derecho para las mujeres. A pesar de que, en la Constitución de 1917 (mucho antes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos), en el Artículo 3º, ya se reconoce que la educación es una obligación del Estado y que la educación primaria sería gratuita, para las mujeres la posibilidad de enseñar y aprender fue muy diferente.4 Esta es una pequeña muestra de lo retador que pudo resultar, varios años después, para la comunidad internacional, reconocer que todas las personas, en todo el mundo, tienen el derecho a la educación, incluso las mujeres. La imposibilidad de acceder a la educación formal no sólo es perjudicial en sí misma, sino que a la vez funge como obstáculo para el goce de otros derechos. La ONU reconoce que: […] la falta de educación, especialmente en las niñas, tiene un enorme impacto en la sociedad en su conjunto, en la salud y en el desarrollo económico de los países, no sólo porque la privación del derecho a la educación a menudo abarca generaciones, sino también porque perpetua arraigados círculos viciosos de pobreza (ONU, 2018). Cabe enfatizar que, cuando las niñas y mujeres no reciben educación en las aulas, no sólo se alejan de la posibilidad de participar en 4 Desde la época del Virreinato hay registros de aquellas que se ocuparon de su propia educación y de otras, como es el caso de María Ignacia de Azlor y Echeverz. Ella hizo varios esfuerzos por constituir una escuela de su orden religiosa para mujeres en la Nueva Vizcaya, que hoy es el estado de Durango. Tras años de intentarlo sin éxito, resolvió concretar su fundación en la capital de la Nueva España, durante la segunda mitad del siglo XVIII. En la época previa al Porfiriato, las mujeres también realizaron grandes esfuerzos para aproximarse a la lectura, la escritura y el resto de las artes, ya que reinaba una lógica similar a la mencionada después de la Revolución Francesa: alejarlas de la instrucción formal para no distraerlas de las labores domésticas, consideradas su misión natural. Contrario a todo pronóstico y a los numerosos obstáculos, hubo mexicanas que lograron destacar en los ámbitos del arte y las ciencias. Entre ellas se encuentran Margarita Chorné, quien fuera la primera dentista del país, y Matilde Montoya, quien obtuvo el título de abogada (Mata, M. C., 2015).
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