DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 11 Rosario Arrambide: ¿Cómo se viene dando en México esto de los ECOSIG? O sea, ¿cuál es el panorama? Iván Tagle: Resulta que la mayoría de los casos que tenemos registrados en la organización, son ECOSIG. Una de sus prácticas tiene que ver con la privación de la libertad de centros de detención. Normalmente son grupos de doble A, o cuarto y quinto paso, 24 horas. Básicamente estos grupos se dedican a la recuperación de adicciones y consideran a la homosexualidad como una adicción, como una enfermedad, entonces los someten a los mismos tratos que someten a los alcohólicos y drogadictos en estas casas de seguridad, que, además, es súper violento. O sea, independientemente que alguien tenga una adicción, o viva con ésta, la gente tampoco voltea a ver a esas personas para ver cómo las tratan. Entonces, el problema acá es que un adicto en recuperación se puede recuperar, pero un homosexual, pues es un homosexual, no hay nada que curar. Y estos centros realmente logran su cometido, suprimen la personalidad de la persona, suprimen su sexualidad. Hacen que tu sexualidad la vivas con culpa, que con todo esto que te va pasando, tu sexualidad se ve gravemente afectada, te destruyen. En México se dio un aumento de estas prácticas a partir de 2017, por eso la necesidad y la importancia de legislar, y que el Estado reconozca que eso es un delito. Nosotros creemos que hemos ganado ya el discurso desde 1990, pero nuevamente el gobierno está financiando estos proyectos y a estas personas para que a nosotros nos traten de esta forma. Entonces, cuando nosotros empezamos a tocar este tema, comenzaron a hacerse visibles más víctimas, hay más casos y nos vamos involucrando más. Vamos aprendiendo más de estas células, de estos grupos, de cómo se organizan, de dónde están, su vinculación, y pues a mí me ha asustado bastante. Te digo que la pandemia no ha respetado estas cosas; seguimos teniendo, ahorita, dos casos de privación de la libertad, en el estado de Jalisco, que llevan más de cuatro meses internados y que el gobierno local tiene conocimiento de ello. En México no podemos considerar este tipo de prácticas como tortura. En México se considera tortura cuando hay la intervención del Estado, de un servidor público bajo tratos crueles, inhumanos y denigrantes. Sólo se puede configurar la tortura si tú eres parte del gobierno. Así están las leyes mexicanas. Entonces, si nosotros hacemos que el gobierno reconozca en la Constitución que los ECOSIG son un delito, y al rato un servidor financia ese delito, nosotros podemos decir que está torturando, o que está ejerciendo tratos crueles inhumanos y denigrantes, o cometiendo crímenes de lesa humanidad. Y ese es el tema, porque, además, cuando hablas de ECOSIG, tenemos que reconocer un millón de prácticas y realidades distintas. Hablar de conversión es, únicamente, hablar de profesionales de la salud mental, que no necesariamente son los principales ejecutores de estas prácticas donde se vive mayor violencia. Entonces, lo que nosotros hicimos fue pensar la ley sólo como una estrategia más entre múltiples acciones que tendremos [que]
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