Derechos Humanos / Anuario 2020

8 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 universidad y tenían todas las facilidades, mientras yo tenía que tocar el violín tres horas en el Metro para poder lograr asistir a la universidad. Entonces me empecé a preguntar por qué yo estaba viviendo eso, y me daba cuenta de que tenía que ver con mi sexualidad, los prejuicios y estigmas que generaron grandes barreras de desigualdad y se me hacía muy injusto. Después, en el Metro comencé a ver gente de mi edad, que también es gay y en situación de calle; comenzamos a juntarnos, básicamente ahí conozco a quienes eran rechazados de casa y con temas muy difíciles, como trabajadores sexuales. De repente veía el privilegio que tenía, respecto a tener la fortuna de saber tocar un instrumento y no tener que utilizar mi cuerpo. Entonces, empecé a andar con un chico que era trabajador sexual, un exnovio, él terminó en la cárcel porque lo inculparon por un robo que no cometió, estuvo tres años en prisión y pudo salir porque demostramos que no había robado nada, pero fueron tres años de abuso. Dentro de la prisión contrajo VIH y nos dimos cuenta de lo mal del sistema penitencial y que no teníamos quien nos apoyara o familiares que exigieran justicia. Andábamos puros jóvenes y cuando queríamos hacer algo, todas las personas nos daban la espalda. Fue entonces cuando comenzamos a darnos cita en el parque España. Cada semana, nos reuníamos sólo para contarnos cómo estábamos y en qué nos podíamos ayudar. En ese momento empiezo a buscar grupos de apoyo para ver cómo nos pueden ayudar, sin embargo, no había grupos específicamente para jóvenes y en su mayoría eran temas relacionados al VIH. Había mucha violencia sexual y comprendo por qué los jóvenes no quieren ir a los refugios, o sea, para nosotros los refugios es como lo peor que te pueda pasar en la vida, ves materializada tu realidad. Entonces, me empiezo a preocupar de que no hay espacios, nos reunimos cada semana y el primer mes éramos unos 12 y después, el siguiente mes éramos 36; al siguiente mes éramos como unos 47 y va subiendo eso. De repente me doy cuenta de que todos los referentes que veía en la tele, en mi casa, eran negativos; cuando me acercaba a estos otros espacios de cultura gay, tampoco me veía reflejado en ellos, y por supuesto que cruzaban diversas cosas de educación mía, machista, misógina, y a lo largo del tiempo voy cambiando el discurso y todos vamos creciendo y aprendiendo. Yo creo en este proyecto, pues es lomás hermoso del mundo, porque ha ido evolucionando, como una primera intención de sólo sobrevivir a la calle, de repente ya estábamos organizados. Entonces, se me ocurre la idea de empezar a dar talleres. Claro, en ese momento empezaron a haber asesinatos hacia jóvenes LGBTI+ que los sacaban de ligues en los antros, entre otras formas de violencia y, entonces, nos activamos como redes de apoyo. Empezamos así, como redes de apoyo. En ese momento, Barack Obama era presidente en Estados Unidos y Hillary Clinton pronunció un discurso en Naciones Unidas, donde por primera vez se habla sobre derechos LGBTI+. Al final de su discurso ordenó a todas sus embajadas salir a buscar a los activistas que estaban trabajando en la calle para poder traerlos a Estados

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