Derechos Humanos / Anuario 2020

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2020 99 de las relaciones de poder, de la violación, de la violentación de los derechos en ese contexto, en un contexto en el cual Paola Guzmán Albarracín, una adolescente, accede a la educación y debía, según nuestra Constitución y los Derechos Humanos, acceder a una educación libre de violencia, libre de estereotipos de género, libre de discriminación, y no fue lo que ella recibió. Paola empezó por un problema de bajas notas, acude a quien debía acudir, que son las autoridades de la institución educativa, y fue el canal abierto para que el vicerrector del Colegio pretenda y logre establecer con ella un patrón reiterado de acoso, de abuso y de violencia sexual. Paola está embarazada, entra en este acoso permanente, en esta violencia permanente; es presionada por el vicerrector para que aborte y acuda a la unidad médica, al médico de la institución educativa, quien también pretende hacerle el aborto a través de obtener de ella un favor sexual. En toda la unidad educativa conocían lo que estaba pasando porque no era un hecho aislado, lo que Paola vivía en esa unidad educativa era Vox Populi, lo sabían las compañeras, lo sabían el personal docente, el personal administrativo, y así quedó evidenciado durante el proceso, sin embargo, nadie hizo nada. Cuando se intenta conocer el caso, lo que se hace es adjudicarle la responsabilidad a Paola, una adolescente de 15 años; en ese momento deciden llamar a la mamá para contarle lo que está pasando y, según el Colegio, lo que está pasando era una suerte de enamoramiento de Paola y de acoso de Paola hacia el vicerrector. Y claro, Paola, al sentirse descubierta y saber que su mamá va a ir al colegio, ya las cartas que deja como prueba, como evidencia también, que van insertas en todo el proceso judicial, dan cuenta de, efectivamente, un enamoramiento de Paola, una vinculación afectiva, incluso en la que ella pone en evidencia que no es la única, que se da cuenta que no es la única, y a ella se le derribó su mundo, se le derrumbó total y absolutamente. El día que la mamá tiene que ir a la unidad educativa, Paola toma 12 diablillos, fósforo blanco, que en ese momento en nuestro país era de acceso muy fácil, se compraba en una tienda de la esquina. Cuando llega Paola a la unidad educativa ya llega con los síntomas, manifiesta los síntomas, y no recibe atención médica, más bien, la ponen a rezar y le dicen que pida perdón por lo que ha hecho. No llaman a la mamá, son las compañeras las que llaman a la mamá, y es en ese momento en el que Petita se lleva a su hija por sus propios medios a una unidad de salud. Cuando Paola muere, los medios de comunicación ya tenían conocimiento del caso, y es ahí en donde, para la señora Petita Albarracín, empieza la segunda parte, que ha durado 18 años en hacer justicia, que es el saber que la decisión de su hija se debía a esta intromisión abusiva de un perpetrador sexual contra la vida, contra la integridad misma de Paola. Paola fallece en una institución de salud privada, con mucho esfuerzo para intentar salvarle la vida. Creo que ése, también, fue uno de los detonantes que marcó la reacción de la señora Petita en la audiencia de la Corte Interamericana. Sin duda alguna, a ella le

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