248 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2019 Entonces, el discurso de los derechos humanos sale de la clase media, de la clase culta, de los universitarios que ven que tienen un techo que no pueden ascender, no pueden pasar aquí. Y entonces dicen: “es que la mayoría no podemos ascender”, pero en realidad lo que denuncia Ellacuría es que aquí hay un engaño, que esta clase social está pensando sólo en ella, no está pensando aquí. A mí no me dejan entrar a un aula, y entonces yo digo: yo quiero entrar. “Cállate, yo consigo que seamos bastantes y al final entramos.” Pero, cuando entramos, cierro la puerta y yo estoy dentro, porque a mí no me interesaban los otros; los he necesitado para yo poder entrar para demostrar que somos muchos, pero lo que en realidad a mí me interesaba era entrar, no lo que les pase a los demás. No es exactamente lo mismo, es un poco, digamos, lo que leen los compañeros de viaje [sic]. También decía el proceso revolucionario puede ser que haya un momento en que necesitemos a los burgueses. ¿Por qué? A los propietarios, y es lo que dijo en 1921 cuando habló de la NED, la nueva política económica. La NED son siglas que vienen del ruso, la nueva política económica. Y es, ya hemos hecho la revolución, pero claro, para poder desarrollar el proyecto revolucionario necesitamos que haya más riqueza, y la riqueza la generan los propietarios. Entonces, vamos a dejar durante un tiempo que todavía haya propiedad privada, porque cuando haya más riqueza entonces podremos repartirlo. O sea, para poder repartir, primero tiene que haber algo que repartir, y entonces, durante algunos años, bueno, se murió muy prontito, pero su idea fue durante unos años: “dejemos que todavía haya propietarios y luego ya acabaremos con ellos”. Lo que llamo los compañeros de viaje. Justo esa sería la idea: Estos son privilegiados en relación con estos, pero son unos oprimidos en relación con estos otros, hablan de derechos humanos, diciendo que todos tenemos los mismos derechos, pero en realidad a ellos lo que les preocupa es lo que va de aquí para arriba, y no lo que va de aquí para abajo. Y entonces, Ellacuría considera que hay que historizar, hay que desideologizar los conceptos y decir: a ver, cuando usted habla de derechos humanos, ¿usted de qué está hablando exactamente? Vamos a analizar a fondo el discurso. Y fíjense cómo, por ejemplo, el discurso de derechos humanos de aquellos años, no se está hablando de la mujer, no se está hablando de los pueblos indígenas, eso empieza en los noventa. Eso empieza después, porque no les importaba, no era tema, ¿okey? Por lo tanto, varios de los textos de Ellacuría empiezan diciendo que es un poco ambivalente, que es un poco complejo hablar de derechos humanos. ¿De qué estamos hablando? Estamos hablando realmente de la dignidad de la persona humana, de todos, sin excepción, del bien común que mientras haya un cero… o estamos hablando de que yo soy tres y querría ser ocho. Yo soy tres y querría ser ocho, ¿de qué estamos hablando? Y Ellacuría dice: estamos hablando de que yo soy tres y querría ser ocho, pero el cero me importa un comino. No está en mis preocupaciones. Y entonces él dice: "por tanto, hay que desenmascarar el discurso de derechos humanos, hay que desenmascararlo”. ¿Y cómo se puede desenmascarar? Situándote en el
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