Derechos Humanos / Anuario Edición 2019

246 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2019 concreto la llamamos margarita. Pero eso que está ahí ni se autodenomina flor ni se autodenomina margarita. Entonces, flor, margarita, planta, vegetación, animal, todos son conceptos humanos que utilizamos para poder entender la realidad, y que son importantes porque, si no, no podríamos entenderla; la clasificamos, la ordenamos, lo que decía Aristóteles, ¿no? De alguna manera lo que hacemos es como cuando ustedes compran una casa en el campo y es una casa ya un poquito vieja y la han comprado y pues, ya ven que todo aquello está todo caótico, porque era una casa que llevaba muchos años abandonada, ¿vale? Entonces lo primero que hacen es ordenar la casa; la ordenan, sacan los muebles viejos, compran nuevos, reparan los aún aprovechables, pintan, sacan las telarañas, dan orden. Eso es lo que hace la mente humana con la realidad, la ordena; la ordena, le saca el polvo, la clasifica, esta será la habitación de los niños, esta será la nuestra. La casa en ningún sitio ponía habitación de niños, pero nosotros vamos decidiendo, vamos clasificando. Creamos ciencias, creamos… introducimos tecnología, etcétera. Todo está muy bien, el problema, dice Ellacuría, es que sustituimos la realidad por los conceptos. Es decir, que nos creemos que aquello realmente es una margarita y aquello no es una margarita; le llamamos margarita. Entonces el problema, dice Ellacuría, es que tendemos a olvidarnos de la realidad y nos quedamos con el concepto, por lo que él llama pereza intelectual. Es mucho más cómodo manejarnos con conceptos que manejarnos con la realidad. Y entonces empezamos a hablar de democracia, mujer, pobres, bien común, derechos humanos, desarrollo, todos son conceptos que hemos introducido nosotros y creemos que son conceptos reales. Y los conceptos no son reales, sólo la realidad es real; los conceptos son nuestra manera de apreciar la vida. De momento, estos conceptos nos sirven y puede que luego cambien, ¿okey? Entonces dice: el problema es que sustituimos la realidad por los conceptos, nos olvidamos de la realidad. Es como si yo tomo un texto de Ellacuría, aquí está el texto de Ellacuría, esto lo escribió él, y yo lo leo y me aburre en una página; luego, volviendo en el texto, y me voy con el resumen y digo, bueno, porque Ellacuría dice y tal. No, no, lo que Ellacuría dice está aquí. Este es tu resumen, esto es lo que tú has entendido, esto es lo que tu mente te ha permitido entender, esto es lo que a ti te interesa de lo que dice Ellacuría. Es un poco lo mismo, la realidad… no, la realidad no; esos son conceptos tuyos. Entonces él dice: los derechos humanos están muy bien, pero es un concepto, el bien común está muy bien, pero es un concepto, y es un concepto que nos sirve para entender la realidad, pero que no pude suplantar la realidad. Y lo que está pasando ahora, dice, es que el discurso de los derechos humanos está suplantando la realidad. Y, por lo tanto, lo que él propone es el método crítico de historización de conceptos. Es la metodología que él propone en la que somete a análisis crítico los conceptos que utilizamos. Hay un ejemplo muy claro en un artículo que él dedica sobre la propiedad, que no recuerdo de memoria el título, pero se los puedo proporcionar, que hace exactamente esto

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