DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2019 245 El bien común se conoce en el evangelio, es aquello de la oveja perdida. Es una parábola de Jesús, la diseñó un pastor que tenía cien ovejas, entonces perdió una, dejó a las noventa y nueve y fue a buscar a la oveja perdida y hasta que la encontró… Uno dice: era una oveja perdida, quedan noventa y nueve. No, pero es que cada una es única, este es el origen de la fraternidad universal. Cada una es única, es decir, no es un tema de mayorías y minorías, es que esa oveja tiene la misma dignidad que todas las demás, por tanto, hasta que yo no la encuentre no consideraré que mi rebaño está bien. Esa es la parábola de Jesús sobre la oveja perdida. Entonces esta es la idea: “no pues, bueno, sí, fíjate, hay pobres, pero hay menos que antes; ha bajado la pobreza” o “fíjate, hay inmigrantes, pero bueno, es un fenómeno minoritario”. No, pero es que mientas haya una sola persona en el mundo que esté mal, no podemos considerar que el mundo va bien. La idea del bien común es la idea del bienestar de todos sin excepción. Y esta idea va unida a la de los derechos humanos que es la de la dignidad de todos. Ellacuría dice: en teoría, esto es impecable; en la práctica es un cuento chino. Porque el discurso de los derechos humanos es un discurso burgués; es un discurso que están utilizando los que están en una condición privilegiada, y que lo que quieren en realidad es que las cosas no cambien. O simplemente que cambien para que ellos mejoren porque están en el piso cuatro y quieren subir al sexto y entonces hablan de derechos humanos, y cuando llegan a sexto dejan de hablar de derechos humanos. Dice: los derechos humanos al ser varios derechos, ¿qué ocurre? Que se pueden manipular fácilmente porque uno puede hablar de la libertad como el derecho más importante y se olvida de otros derechos, en caso del liberalismo [sic], o uno puede hablar de la justicia social y se olvida de la libertad individual. Es decir, que uno puede convertir un derecho en sagrado y olvidarse de los demás. Entonces dice: el discurso de los derechos humanos suele ser de clases privilegiadas, en comparación con las mayorías oprimidas. Estamos en América Latina en los años setenta y ochenta y entonces es un discurso que busca la promoción de esta clase, pero que se olvida de la clase inferior. O, incluso, a veces es un discurso utilizado por la clase de arriba de todo, ¿vale?, y que dice: es que si éstos suben van a atentar contra un derecho fundamental. Es el discurso liberal contra los comunistas: “Es que, fíjense, si los comunistas suben nos van a quitar la libertad individual que es el derecho más preciado”. Entonces hablan mucho de la libertad individual; libertad, liberalismo, ¿de acuerdo?, pero en el fondo lo que quieren es mantener el statu quo: “que a mí no me quiten de donde estoy”. Por tanto, Ellacuría dice que lo que hay que hacer es historizar los conceptos. O sea, él dice: la realidad no tiene conceptos; los conceptos son una creación humana para poder abarcar la realidad, pero la realidad no tiene conceptos. Si ustedes miran una flor; la flor no les dirá yo soy una flor y no les dirá yo soy una margarita. Que sea flor es un concepto que hemos puesto nosotros. A eso que está ahí le llamamos flor, y a esa flor en
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