Derechos Humanos / Anuario Edición 2019

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2019 241 Entonces, empieza a aparecer lo que luego llamaremos derechos humanos, que ahí se llaman derechos del hombre y del ciudadano. No es exactamente lo mismo hombre y ciudadano, hombre, varón y mujer, hombre sería cualquier persona por el mero hecho de ser persona, mientras que ciudadano significa aquel que pertenece a este país; no es exactamente lo mismo. Por ejemplo, el guatemalteco que entra en México ilegalmente, o el mexicano que entra en Estados Unidos ilegalmente, es decir, sin permiso, tiene derechos humanos, pero no tiene derechos ciudadanos. ¿Por qué tiene derechos humanos? Pues porque es un ser humano, pero no tiene derechos civiles o ciudadanos que es lo mismo. Civil y ciudadano es lo mismo, ciudadano… ciudad viene de civis, civitatis, pues son aquellos que te da la Constitución del país al que tú perteneces, pero como tú estás en un país que no es el tuyo, tú no tienes esos derechos, a menos que la Constitución diga que aquel que viniere de fuera pues tiene también algunos derechos. Entonces, por ejemplo, en España, si ustedes entran ilegalmente y, por ejemplo, una de ustedes entra embarazada, como les pasa a muchas africanas, entran embarazadas en una barca a España, tiene derecho a ser atendida en un hospital, con las mismas condiciones que una española porque se considera que es algo tan importante [porque es mandato constitucional], luego las leyes dicen que incluso la persona que ha entrado ilegalmente tiene derecho a una serie de cosas. A veces los derechos civiles incluyen también al extranjero ilegal, pero en principio son solamente para los nacionales. Bueno, ese ya es el paso previo a los derechos humanos del 48. Como saben, la Ilustración –y yo les pido perdón por si digo cosas que ustedes ya saben–, la Ilustración en el siglo XIX se parte en dos: es como un río que de pronto hace así y se parte en dos: liberalismo y socialismo. Liberalismo y socialismo, ambos vienen de la Ilustración, son dos corrientes hijas de la Ilustración. El liberalismo acentúa las libertades del individuo, las que se llaman libertades civiles, libertades individuales, libertad de expresión, derecho a la integridad física y moral, el derecho de voto, libertad de movimiento; “yo individuo tengo derecho a esto y a esto y a esto; ese es el liberalismo”. Y luego, el socialismo es una corriente que surge contra el liberalismo, fundada por Marx –bueno, algunos habían venido antes, como son los franceses y algún inglés, pero Marx, de alguna forma, es el que le da más cuerpo y se ríe de los anteriores, un poco autoendiosado, y llama a [lo anterior] socialismo utópico y, “ahora, vengo yo, que soy el socialista científico”–, quien dice que los derechos del liberalismo no son realmente del individuo, sino que son derechos del burgués, es decir, del individuo que ya tiene la pancha [sic] plena, o sea, que tiene el estómago bien lleno, que tiene todo, cultura, educación y quiere, frente a la monarquía, frente a la nobleza, frente a los que tienen privilegios de clase, decir: “todos somos iguales”. Pero [eso lo dice] el burgués que mira hacia arriba, que ve que la nobleza le está poniendo un techo que no le permite ciertas cosas, [por ello los burgueses] quieren acabar con la monarquía, con la nobleza, con los privilegios de clase, sacarlos y decir “todos somos iguales”. Pero no miran hacia abajo, no miran al trabajador de las fábricas, les importa un comino cómo estén los trabajadores de las fábricas y les importa un comino la mujer. Es verdad que en la historia las cosas nunca se hacen de golpe; se hacen gradualmente, pero, de hecho, aunque el lenguaje ya es un lenguaje de derechos humanos, los derechos del hombre y del ciudadano, de hecho, todavía no son derechos humanos como los entendemos hoy porque no abarcan a las mujeres y porque no abarcan a los trabajadores. Es decir, son un tipo de derechos que solamente puedes ejercer cuando ya tienes un nivel cultural, social y económico, pero no lo puedes ejercer cuando no lo tienes. Entonces, ¿qué dice Marx? Marx dice: esto es una comedia, esto es una pantomima, esto es mentira, no son derechos del hombre, son derechos del burgués, esto no es verdad, lo que realmente existe no es el individuo, es la clase social. La clase social es lo que realmente existe, no el individuo. Lo que configura nuestras vidas no es que tú te llames Rafa y no José. Lo que configura nuestras vidas es que tú eres un proletario o eres un burgués o eres un noble; o eres un hombre o eres una mujer. Es decir, lo que configura tu vida es la colectividad a la que perteneces no el individuo, por tanto, el discurso liberal burgués es un discurso falso, falaz. El discurso auténtico es el socialista porque lo real es la clase social, lo que realmente configura nuestras vidas. A nadie le importa si te llamas Rafael, si te llamas Eduardo, si te llamas Mónica,

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