DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2019 239 es lo que se llama el primer Wittgenstein. Y años después dice: “pero lo realmente importante en la vida humana es lo no demostrado”. El primer Wittgenstein y el segundo Wittgenstein; el primero es el cientifista, el que cree que el único conocimiento posible es el de la ciencia, lo demostrable. Y lo que no es demostrable, lo siento, pero no me hables de ello porque no me interesa. Pero luego evoluciona y al cabo de unos años se da cuenta de que hay otro nivel de lo humano que es el de lo no demostrable, donde está el amor, la solidaridad, la justicia, el arte, la mística, la experiencia espiritual, el enamoramiento; toda una serie de cosas que son reales y que son más importantes que dos y dos son cuatro, pero dos y dos son cuatro es demostrable y lo demás no es demostrable. Yo te quiero mucho, demuéstramelo; soy muy amigo de aquel, demuéstramelo; no se puede mostrar eso. En cambio, sí se puede demostrar que dos y dos son cuatro. La ciencia es muy importante, pero la ciencia no abarca aquello que realmente es más importante. Entonces, el siglo I, en este sentido, fue como una bomba en la historia de la humanidad, la primera vez en la que se afirma la fraternidad universal. A partir de aquel momento deberíamos, si la historia tuviera lógica, ya habríamos tenido democracia, igualdad hombre y mujer, fin de la esclavitud, todo esto ya lo habríamos tenido, en el siglo I. Misterio no lo tenemos. Al principio, en el cristianismo son muy poquitos; empiezan a ser importantes un par de siglos después, y en el siglo IV se hace una religión oficial del Imperio romano. Cuando se hace religión oficial del imperio, la religión que proclama la igualdad hombre-mujer, la religión que no acepta que haya esclavos –cuando un esclavo entraba a una comunidad cristiana se le compraba para darle la carta de libertad– y a partir de aquel momento era tratado como un igual –imagínense la cara que ponía el esclavo: “pero no puede ser que usted, señor, me hable...”, “no, no, es que yo no soy señor, es que somos hermanos”. Hombre, ya estaba ahí temblando porque no se lo creía, ¿dónde está la cámara oculta?, ¿qué están tramando aquí?, ¿por qué estoy en un programa chistoso?–. Entonces, cuando en el siglo cuarto el Imperio romano se convierte en oficialmente cristiano, el emperador obliga a que sea la religión oficial, en lugar de cristianizarse ese Imperio, se romaniza el cristianismo. Esta es una de las grandes paradojas de la historia de la humanidad, lo que habría podido ser el inicio de la igualdad hombre-mujer, de la democracia, de los derechos humanos, porque todo eso iba con el cristianismo, al revés, el cristianismo se romaniza, se transforma y se reconvierte en clave romana, por tanto, estructura piramidal, obispos, papa. –Estoy simplificando un poquitito, pero básicamente este es el proceso–. Hay cosas que ya vienen y cosas que llegaron un poquito después, pero fundamentalmente la Iglesia que hemos conocido, tan vertical, piramidal, con diferencia hombre-mujer, que consiente, aunque critique, pero consiente la diferencia entre ricos y pobres, y que incluso en algunos momentos aceptó la esclavitud, no oficialmente, nunca los documentos oficiales lo dijeron, pero el imperio portugués, el reino de Portugal, traficaba, que era un reino oficialmente católico, cristiano, traficaba con esclavos tranquilamente, y el reino de España hacía la vista gorda y también hacía el negocio con ello, aunque oficialmente estaba prohibido, pero, de hecho. Entonces entramos en un largo paréntesis entre el siglo I y el siglo XVIII, en el que lo que habría podido ser… bueno, decir el siglo I es un poco exagerar porque eran grupos muy pequeñitos, o si quiere, un paréntesis que va del IV al XVIII, siglos en los que se debería haber dado, si la historia tuviera lógica, el inicio de todo eso que hemos llamado modernidad, de pronto entra en un túnel. Es como si van ahí en un carro y dicen: “vamos a ver un valle muy bonito. ¡Ah!, ahora verás una vegetación, una maravilla, es un valle precioso, vamos”. Y de pronto entras en… ya estamos llegando, y entonces ves un túnel, porque hay que atravesar la montaña y yo no veo el sol, y yo no veo nada, y al cabo de un tiempo, ¡pam!, sales y ves el valle aquel. Bueno, pues entramos en un túnel de mil cuatrocientos, mil quinientos años en el que todo eso queda enterrado y reaparece con la Ilustración. De hecho, empieza a aparecer ya en el siglo XVI con la escuela de Salamanca (Domingo de Soto, Francisco de Vitoria) y con la escuela de Coímbra en Portugal en el siglo XVII; son profesores de universidad, intelectuales que ponen ya los fundamentos de lo que luego se llamarán los derechos humanos. Es el ius gentium, es el derecho de gentes, es decir, el derecho internacional, el derecho universal. El derecho universal que va más allá del reino de España, del reino de Portugal, sino que es universal, el ius gentium. Son los defensores de
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