DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 27 la burguesía, sino que hay otra diversidad de conflictos y de otra índole que generan una diversidad de luchas de emancipación donde incluso la gente, los grupos, algunos grupos o movimientos luchan por un encuentro y se integran en luchas comunes. En causas comunes de transformación global, integral, cultural, económica, social. Porque, claro, estas revoluciones, por ejemplo, la revolución sandinista, que se hizo con parámetros muy modernos y muy clásicos del marxismo–leninismo, no reconocía la diversidad cultural; imitó el mismo modelo de Revolución cubana, lo que hizo fue imitar el mismo estilo: partido único, control total del poder, fuerte patriarcado, verticalidad, ausencia de democracia, no reconocimiento a las diversidades. Entonces, al final estaban bajo ese modelo todavía, bajo esa influencia. Ahí se historizó la lucha de clases, en todo caso, pero ahora sirve perfectamente para historizar también los modos de opresión de las diversidades, cosa que él no logró hacer, aunque de alguna manera estaba pensando en los pueblos crucificados, en los pueblos pobres, en los pueblos oprimidos, en las víctimas que ya no tienen rostro humano, en un pueblo desollado, pero todavía él no tenía la conciencia de la complejidad, de las dominaciones y de las opresiones, y de las luchas. Obviamente el pensamiento de Ignacio Ellacuría, sj tuvo sus límites, pero eso a su vez nos invitó a pensar otras formas de emancipación, otros modelos de emancipación que no es la salida falsa que vende (Nicolás) Maduro, basada en la explotación del petróleo y en la extracción del petróleo, un petróleo que cuando cae su precio muestra todas sus debilidades y todas sus contradicciones y genera toda la miseria y la pobreza que está generando. Eduardo García: De repente parecería tan grande y tan dramática la realidad latinoamericana que uno se pregunta ¿por dónde entrarle? ¿Cuáles son algunas claves de esperanza que podemos recuperar desde Ellacuría, sj para enfrentar estas realidades? Héctor Samour: Él hablaba más utópicamente. Él estaba cada vez más claro que la liberación ya no puede venir solo a nivel nacional, sino que tenemos que pensar en un cambio de civilización, en un cambio global, porque los cambios puntuales, nacionales, al final quedan diluidos o condicionados y limitados por la misma lógica global, que es capitalista. Entonces, mientras no haya un cambio de civilización, y se cambie el principio último que mueve esta civilización por otro nuevo principio, donde ya no se le dé primacía al capital, solamente ahí podemos vislumbrar un nuevo cielo y una nueva tierra, un nuevo ser humano. Esa implica hacer la gran revolución. Eduardo García: ¿Qué memoria de ese pastor, amigo, maestro universitario, y cómo podrías sintetizarlas en unas cuantas palabras, Héctor? el pensamiento de Ignacio Ellacuría, sj tuvo sus límites, pero eso a su vez nos invitó a pensar otras formas de emancipación, otros modelos de emancipación
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