DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 185 Yo diría que, además de esto, los movimientos del 68 rebasan el discurso y la lucha política para reformular la vida cotidiana. Aparece una serie de nuevas formas de ver la sexualidad. Son tiempos de la aparición de la píldora anticonceptiva, que implica una liberación de la sexualidad, principalmente de las mujeres, que ya no queda atada o sujeta a lo reproductivo. Implica también, por lo tanto, otras formas de plantear las relaciones de género; de la construcción de las parejas. Otras formas de pensar el arte, podríamos decir que estamos frente a un movimiento contracultural en todos los planos, o, en otros términos, podríamos decir a una forma de plantear una visión revolucionaria, en un sentido diferente. Esta visión revolucionaria va a ir después de los años 60. Va a tener derivas diferentes, según las características de los países y sus respectivas historias. Y esas derivas van a tener que verter de movimientos culturales de vanguardia y nuevas epistemologías, por ejemplo, hasta otros lugares en donde va a derivar en movimientos armados, que van a perseguir la toma del poder político, también por otros medios de los que, hasta ese momento, se planteaba la izquierda tradicional. En todo caso, y sea cual sea la modalidad que adoptó en cada uno de los países, fueron siempre movimientos rupturistas, no aceptados por las instituciones, que reaccionaron frente a ellos de manera refractaria, fuertemente violenta y represiva, y que van a dar lugar al ascenso de las violencias estatales de los años setenta y ochenta, principalmente, que en América Latina los conocimos como los años en donde predomina la práctica terrible de la desaparición forzada en la mayor parte de nuestros países. Tenemos entonces movimientos que tienen que ver con un pensamiento y una práctica revolucionarias en un sentido amplio, que se opone, en las más diversas latitudes, a algunas prácticas muy específicas de la época, por ejemplo, a la guerra de Vietnam, al imperialismo norteamericano, a las políticas bélicas y coloniales, y va a levantar mucho los movimientos de liberación nacional en América Latina, pero también en otros lugares como Irlanda. Se oponen también a la discriminación racial que estaba vigente en distintos lugares del mundo. Hay que recordar que el mismo año 68, es el año del asesinato de Martin Luther King en Estados Unidos. Implica también otras formas de planteamiento de lo religioso, como se planteó aquí, la aparición de la teología de la liberación, etcétera. Creo que estos movimientos, aunque se dan en distintos lugares del mundo, no fueron movimientos globales, como algunos autores pretenden actualmente, que incluso los plantean como un preanuncio de la globalización posterior. Me parece que, al revés, fueron movimientos fuertemente arraigados en las condiciones sociales y políticas de cada nación, aunque corresponden en todos los casos, sí, a una nueva generación, que ya da cuenta de la disfuncionalidad de las sociedades de esa época. Que asume un protagonismo social, político, cultural, de carácter rupturista, y que trata de encontrar nuevos horizontes de ver, otras formas de pensar la sociedad, la Los movimientos del 68 rebasan el discurso y la lucha política para reformular la vida cotidiana. Aparece una serie de nuevas formas de ver la sexualidad
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