174 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 Y entonces hay cinco preguntas, como en este primer bloque de mi ponencia, que quiero ir resumiendo. En primer lugar, creo que estamos ante un nuevo escenario donde las experiencias y voces de las víctimas, en lugar de ser descartadas y silenciadas, van a figurar en el centro de unas políticas rectoras de la nueva administración. Por lo menos, en estas seis semanas, todo indica que eso va a ser parte de una columna vertebral de la nueva administración. Eso quiere decir que el espacio de justicia, de verdad, de los testimonios de las personas, que están viviendo en un dolor profundo, se convierte en un terreno de disputa entre los múltiples actores que entran, entre los funcionarios públicos, organizaciones de derechos humanos, los mismos colectivos y organizaciones de víctimas, el mundo académico, los actores. Eso se ve en estas primeras semanas, que se están organizando tantos foros y tantos eventos para hablar de la justicia transicional, es porque ahí hay un terreno en disputa que es fundamental. Entonces, hay una pregunta clave que nos tenemos que hacer ¿qué elementos de la justicia transicional se están perfilando en esta nueva administración? ¿cuáles son los discursos y las propuestas político–jurídicas que legitiman esta nueva iniciativa? ¿cómo se van creando categorías de víctimas que son legítimas y víctimas que no son legítimas? Entre víctimas que posiblemente vayan a tener prioridad en estas políticas de Estado y las víctimas que van a quedar en segundo nivel. Ya son tres puntos, el cuarto es: en estas formas de administrar el dolor y crear distintas categorías de víctimas, ¿qué silenciamiento sobre el tipo de afectaciones, sobre los daños, sobre los agravios, se están generando? Y, por ende, ¿qué silenciamiento sobre lo que significa justicia para las víctimas y sus familiares? Cuando creas categorías como parte de un proyecto de Estado que administra el dolor y crea clasificaciones diferenciadas con ciertas voces que tienen una posición dominante respecto a otras, eso genera obviamente silenciamientos. Una pregunta fundamental es, como para tomar en el mapa para ir viendo, para aproximarnos de manera crítica a la realidad de estos próximos meses, es preguntarnos ¿qué voces tienen prioridad y, por lo tanto, qué voces están siendo silenciadas? Y las voces silenciadas ¿qué tipo de agravio están silenciando? ¿qué manera de entender el agravio, de entender el daño, de entender la afectación individual, familiar, colectiva como sociedad, está quedando fuera? Y esos silenciamientos sobre el agravio, sobre daños, también tiene que ver sobre silenciamientos sobre diferentes sentidos de justicia. El concepto de justicia también es una disputa de poder y también es un terreno contencioso. Entonces, si hay una diferenciación, qué tipo de justicias están siendo silenciadas o podrían ser silenciadas. Y el quinto es ¿cómo se construyen investigaciones vinculadas al trabajo de derechos humanos para revertir esos silencios y exclusiones? Las primeras preguntas son más bien cómo nos aproximamos de manera crítica para entender un mapa que está por construirse y la última es más bien algo de una acción política. Desde mi trabajo, desde la antropología, yo le apuesto, primero, identificar qué está quedando fuera, cuáles son los silencios que nos están generando y, entonces, qué trabajo metodológico–epistemológico tengo que trabajar para visibilizar para poder escuchar lo que está quedando en silencio. La quinta es más bien como este tipo de pregunta o planteamiento de carácter político–jurídico. Y este último punto, que tiene que ver más bien como una acción de contrapeso, de contracorriente, se refiere a un trabajo propiamente de investigación. En cualquier proceso de justicia transicional eso se sustenta en investigaciones, se sustenta en trabajos que implican escuchar, registrar, sistematizar, redactar. Son procesos de traducción para ordenar, para clasificar experiencias, para construirlas en un lenguaje que es legible para el Estado a partir de un enfoque de derechos. Entonces, ahí la investigación, para empezar, para regresar a esta pregunta inicial ¿qué aporta la investigación desde las ciencias sociales en un contexto de violencia en México? En un momento de justicia transicional, la investigación de las ciencias sociales figura de manera importante, juega un papel muy relevante. Lo que quiero enfatizar es que, en un escenario de posible justicia transicional, la investigación en materia de derechos humanos va a jugar un papel relevante y que no es una tarea menor. Es una tarea que está cargada con una complejidad de elementos de carácter ético–políticos.
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