168 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 Antes de empezar, quiero explicarles un poco sobre mi persona. Es un diplomado sobre Género y Derechos Humanos, entonces desde la antropología feminista solemos enfatizar la necesidad de posicionarnos políticamente: quiénes somos, de dónde viene el conocimiento que estoy produciendo, a partir de mi experiencia de vida. Entonces les quiero compartir que mi trabajo doctoral se centró, como bien acaban de explicar, en los municipios autónomos zapatistas, trabajé más de diez años ahí, en los municipios autónomos. Al principio fue con la participación de mujeres tzeltales y tojolabales, en la región de Altamirano [Chiapas]. Después regresé a hacer la maestría y el doctorado, y terminé haciendo mi trabajo doctoral otra vez en esa región. Y lo digo porque creo que mi formación política– teórica, si bien tiene que ver con los títulos de la maestría, del doctorado, de todo eso; en realidad también tiene muchísimo que ver con la formación que recibí en las comunidades zapatistas durante muchísimos años. Sobre todo, y esto está vinculado a mi ponencia de hoy, el hecho de que para que yo hiciera investigación sobre las prácticas cotidianas de la autonomía zapatista, en un libro que ya está por salir que se llama Política kuxlejal —kuxlejal es vida en tzeltal—, tuve que pasar por un año de diálogo con la Junta de Buen Gobierno. En cada comunidad donde fui, las Asambleas discutieron la investigación, cambiaron el método; las transcripciones de las entrevistas las discutí y las analicé con la Junta de Buen Gobierno, o sea, fue un ir y venir. Después, cuando terminé la tesis doctoral, convertí los hallazgos, o sea, los capítulos de mi tesis doctoral, en un tipo de taller de educación popular para discutir políticamente el contenido de la tesis, es decir, que ahí me quedó claro que la producción de conocimiento: cómo se produce conocimiento, para qué se produce conocimiento, es íntimamente vinculado con cualquier acción política. No se puede separar de ello. La autonomía también está controlando y ejerciendo, hablando y cuestionando cómo se produce conocimiento sobre la autonomía. Y eso que fue una lección que marca la manera en que me aproximo a la realidad. La segunda tiene que ver con este énfasis de construir desde abajo, cómo se produce conocimiento, no porque hay categorías de derechos humanos y después uno quiere encasillar o ir metiendo la experiencia de ciertas víctimas en esas categorías, sino más bien cómo en realidad se están produciendo en un proceso dialógico, y eso tiene que ver mucho con la investigación feminista, que puedo discutir un poquito más adelante, en la producción de conocimiento en un espacio dialógico, cómo se está construyendo sentidos de una experiencia, en este caso de agravios y de sentidos de justicia o de autonomía, en esta coproducción de conocimiento. Son dos elementos que marcan, nuevamente, cómo me aproximo a la realidad, y ese tipo de trabajo lo he estado llevando al contexto que hemos estado viviendo los últimos diez años en México, que tiene que ver con la violencia extrema y con casos de violaciones graves a los derechos humanos. Es desde ahí, sobre todo a partir de un trabajo que hice, un informe que hice como parte de un equipo inter-
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