Derechos Humanos / Anuario Edición 2018

144 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 a) Lenguaje incluyente como herramienta de cambio Los desdoblamientos o dobles formas. La utilización sistemática de esta doble mención a varones y mujeres, como “las mujeres y los hombres”, “estimados y estimadas compañeros y compañeras” o “las y los damnificados”, recargan el texto y se consideran innecesarios. Se recomiendan solo en contextos donde se genere ambigüedad, por lo que deberán ser considerados como un último recurso. Además, en el periodismo esta forma es difícil de utilizar por la economía del lenguaje y lo acotado de los tiempos y el espacio. Otras opciones más viables se enlistan a continuación: • Desarticulización: se trata de eliminar el artículo en sustantivos neutros. Ejemplo: en lugar de “Salió con unos colegas del trabajo”; “Salió con colegas del trabajo”. • Referirse al cargo, profesión o título de la persona en mención: Ejemplo: “gerencia” en lugar de “gerentes” o “jefatura” en lugar de “jefes”. • Uso de nombres abstractos y genéricos. Se trata de utilizar sustantivos colectivos y/o perífrasis. Ejemplo: En lugar de “muchos invitados”; “muchas personas invitadas”. En vez de “políticos”; “clase política”. “Ciudadanía” por “ciudadanos”. • Pronombrelización: utilizar “quien” o “cual”. Ejemplo: En lugar de “los inmigrantes”; “quienes migran”. • Armar estructuras con “se”. Ejemplo: En lugar de “los trabajadores recibirán un aumento”; “se dará un aumento”. Este recurso, al igual que las dobles formas, se recomienda emplearla solo en caso de que no haya otra posibilidad. Para evitar el sexismo del lenguaje es indispensable buscar recursos alternos para dar su lugar a la mujer evitando caer en lo que algunos han llamado la “aberración inclusiva” del lenguaje. Lo importante es crear conciencia del daño que causamos a través de nuestras palabras y aceptar que, como estipula el Manual de Género para Periodistas, “el lenguaje puede cambiar porque está en construcción permanente, porque la sociedad cambia y necesita de nuevas palabras para reconocerse y expresarse”. b) No reproducción de estereotipos Es importante cuidar las adjetivizaciones y las descripciones que reproducen estereotipos con respecto a los roles de género; los estereotipos no siempre reflejan la realidad, sino que se crearon a base de repetir ciertos patrones de comportamiento. Muchas veces ni cualidades físicas, ni la edad, ni el estado civil, ni la forma de vestir son necesarios para referirse a una mujer. La mujer no siempre es ama de casa, esposa, objeto de placer, ni siente solo interés hacia la estética. Estereotipar a la mujer es sexista y discriminatorio, ya que “la comunidad no ve a la mujer por sí misma, como un Para evitar el sexismo del lenguaje es indispensable buscar recursos alternos para dar su lugar a la mujer evitando caer en lo que algunos han llamado la “aberración inclusiva” del lenguaje

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