Derechos Humanos / Anuario Edición 2018

142 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 Desde 1995, el gmmp ha mostrado la invisibilización de las mujeres en los medios de comunicación de todo el mundo a través del lenguaje sexista y al reforzar estereotipos que consideran a los hombres superiores a ellas. Lenguaje sexista Las sociedades masculinas, además, heredaron al periodismo y a todas sus publicaciones, ya sean digitales o impresas, el uso del lenguaje sexista a través del cual proyectan a la mujer en segundo plano, dependiente, débil o simplemente niegan su existencia. Así de importante es el lenguaje, pues a través de las palabras se ha logrado perpetuar la exclusión de las mujeres. Para la doctora en filología hispánica por la Universidad de Barcelona, María Ángeles Calero Fernández (1999): Los varones se apropiaron del idioma, como lo hicieron con el resto de las instituciones humanas y las manifestaciones culturales de los pueblos y han perpetuado, sirviéndose de todas ellas y desde el origen de los tiempos, una imagen concreta de la mujer: ser inferior, despreciable y peligroso. El masculino genérico es una de las formas de discriminación lingüística más criticada, ya que al emplearlo como universal hegemónico se invisibiliza a la mujer y a todo lo relacionado con su mundo y con sus logros, sobre todo, los laborales. Al respecto, la Guía de comunicación no sexista, publicada por el Instituto Cervantes, determina que: El problema que suscita (el lenguaje) es que, más allá de las cuestiones gramaticales, ha sido identificado ideológicamente con el predominio de los varones en la sociedad y se ha declarado que su empleo responde a un modo de ocultación de la realidad en la que las mujeres, al no ser nombradas, no son visibles, perpetuando así una situación discriminatoria (2011) Otro problema del lenguaje son los estereotipos, donde a través de la imagen y de palabras, a las mujeres se les ha asignado ciertos roles o patrones de comportamiento donde son cosificadas, denigradas o devaluadas: la mujer como ama de casa, como “esposa de”, como objeto de placer o como mujeres superficiales que sólo se interesan por su imagen. Los hombres del poder Aunque en cuestión de paridad de género las empresas de comunicación han avanzado, debido a que entre su plantilla laboral las mujeres ya editan o cubren las fuentes de información más importantes como política, es difícil que ocupen puestos directivos. Ese rol aún está confinado a los varones. Las sociedades masculinas, además, heredaron al periodismo y a todas sus publicaciones, ya sean digitales o impresas, el uso del lenguaje sexista a través del cual proyectan a la mujer en segundo plano, dependiente, débil o simplemente niegan su existencia

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