DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 141 Para el especialista en historia, Yuval Noah Harari, en todas partes la gente se ha dividido en hombres y mujeres. Y en casi todas partes, los varones han obtenido la mejor tajada, al menos desde la revolución agrícola. Este autor establece en su libro De animales a dioses, que la división entre hombres y mujeres es un producto de la imaginación, debido a que “las sociedades asocian una serie de atributos a la masculinidad y a la feminidad que, en su mayor parte, carecen de una base biológica firme” (Noah, 2015). A la mujer suelen señalarla como el sexo débil, que necesita protección y que no puede realizar trabajos pesados. Al contrario, a los hombres los califican de fuertes y poderosos. De ahí radica que en las empresas sean los varones quienes ocupan los altos puestos directivos y reciban sueldos más elevados. Periodismo, herencia del patriarcado Al ser un producto de la sociedad, el periodismo tiene una gran herencia masculina. Es discriminatorio hasta lo más profundo de sus entrañas, lo cual se demuestra desde sus contenidos, en los que los hombres son los protagonistas y en los que reproducen prejuicios que alimentan la discriminación, hasta en las personas que conforman su plantilla laboral, son más los varones que ocupan puestos de más alto rango. La antropóloga Miriam López Hernández establece que en el periodismo impera la presencia masculina tanto en quienes escriben como de quienes se escribe. “Este desbalance es un reflejo de la marcada desigualdad existente entre hombres y mujeres en nuestra sociedad” (López, 2010). No mencionar a las mujeres en las notas periodísticas o darles espacio solo en las notas de información soft, como espectáculos y cultura, o en la sección policiaca, donde son protagonistas por la violencia que se ejerce en su contra, contribuye con la invisibilización, la denigración de la mujer y la normalización de la violencia. Un estudio realizado en 2010 por el Monitoreo Global de Medios (gmmp, por sus siglas en inglés) en 130 países, entre ellos México, arrojó que los hombres tienen mayor presencia que las mujeres, ya sea como sujetos de la noticia o como periodistas. Entre las estadísticas más sobresalientes podemos encontrar las siguientes: • 76% de las personas sobre las que se escucha o se lee en las noticias del mundo son hombres, contra 24% de notas sobre las mujeres. • Los medios muestran un sesgo de género significativo con 46% de las notas periodísticas reforzando los estereotipos de género. • Apenas 13% de las notas tienen como figura central a la mujer. • Los comentarios de expertos son masculinos con solo una mujer por cada cinco expertos. • En las notas se menciona la edad de las mujeres dos veces más, en comparación con la de los hombres y hacen mención de su relación familiar casi cuatro veces más. Al ser un producto de la sociedad, el periodismo tiene una gran herencia masculina
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