Derechos Humanos / Anuario Edición 2018

140 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 Introducción Al igual que la sociedad y el mundo en el que vivimos, los medios de comunicación no están exentos del patriarcado que domina; por eso, en sus contenidos y en sus redacciones permea una amplia influencia androcéntrica a través de la cual se invisibiliza o minimiza a la mujer, creando así discriminación y misoginia. Estamos ante un panorama donde solo 24% de las personas sobre las que se escribe en prensa, radio o televisión son mujeres. En contraste, de acuerdo con el Proyecto de Monitoreo Global de Medios ¿Quién figura en las noticias?, 76% de las personas que figuran en las noticias son hombres. Esta imagen no es representativa ni congruente con nuestro entorno cuando por lo menos la mitad de la población mundial está conformada por mujeres, quienes cada vez más están ganando espacios que anteriormente les habían sido negados. Mientras se mantenga el orden establecido que nos somete y robotiza, no podemos pensar siquiera en un mundo más igualitario en el que los derechos humanos no sean letra muerta. El siguiente trabajo, además de detallar por qué los periódicos suelen estar hechos por y para un público masculino, busca generar una brevísima propuesta de cómo realizar un periodismo incluyente, con el fin de despertar conciencias para que los y las periodistas miren hacia dentro de sus medios y analicen qué están haciendo a favor de la inclusión. Cabe recordar que el compromiso y deber de los periodistas, ante todo, está con la sociedad para quien escriben y a quien deben su existencia. Sociedades patriarcales: antecedentes Vivimos en un mundo donde se coloca al hombre como centro del mundo. Su superioridad sobre las mujeres se puede apreciar en diversos ámbitos de la vida, como en la literatura, la educación, la política y hasta en el propio lenguaje. Desde la historia de la humanidad, la sociedad se ha encargado de hacer una marcada división entre hombre y mujer, donde siempre el género masculino es el que recibe más beneficios. Hasta hoy las mujeres suelen obtener menos oportunidades económicas, menos poder político y menos libertad de movimiento. Se desconoce con exactitud a partir de qué época inició esta división ni cuáles fueron los motivos que la propiciaron, pero algunos autores aseguran que fue a partir de la revolución agrícola cuando se hace más evidente lo que consideran una jerarquía imaginada. Un ejemplo de ello es que a las mujeres se les confina a las labores del hogar y de crianza, cuando a los hombres se les otorga el rol de proveedores y protectores; son los que hacen el trabajo “pesado” para la manutención de la familia. Asimismo, en la academia a finales del siglo xix, las mujeres solo podían cursar carreras como enfermería o docencia, ni pensar siquiera que fueran abogadas, ingenieras o físicas. Estamos ante un panorama donde solo 24% de las personas sobre las que se escribe en prensa, radio o televisión son mujeres

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