Derechos Humanos / Anuario Edición 2018

COMITÉ EDITORIAL Alonso Muñoz, Roberto Ignacio Arrambide González, María del Rosario Ayala Martínez, Aranzazú Bretón Betanzos, José Antonio Camacho Hernández, Carlos Cariño Cepeda, Iliana Galilea Carrillo Ruiz, Miriam Cortez Morales, Edgar Cruz Isidoro, Cuauhtémoc García Vásquez, Eduardo Rafael Granados Delgado, Ixchel Mallely Hernández León, Simón Alejandro Herrera Bautista, Elsa Izazaga Carrillo, Luis Mauro Luna Gil, Eréndira Magdalena Meza Hernández, Pedro Javier Michel Ramírez, Margret Morales Sierra, Jorge Eduardo Pérez Arce, Alberto Bayardo Romero Lara, Raúl Sandoval Terán, Areli Solana Filloy, Mariana Soto Badillo, Oscar Velasco Zambrano, Pamela CONSEJO CONSULTIVO Cariño Cepeda, Iliana Galilea Carrillo Ruiz, Miriam Cortez Morales, Edgar García Vásquez, Eduardo Rafael Marroquín Farrera, José Rosario, SJ Sánchez Díaz de Rivera, María Eugenia Sandoval Terán, Areli Soto Badillo, Oscar Desiderio González Marín, Alejandra Villaseñor Pineda, Silvia MDEI. Arturo Cielo Rodríguez Diseño de portada Juan Jorge Ayala Cuauhtémoc Cruz Isidoro Corrección Pedro Bouret Galindo Diseño y formacion tipográfica Área de Publicaciones, Ibero Puebla Edición D.R. © Universidad Iberoamericana Puebla, 2019 Boulevard del Niño Poblano 2901 Colonia Reserva Territorial Atlixcáyotl San Andrés Cholula, Puebla. C.P. 72820 www.iberopuebla.mx www.idhieibero.org Derechos Humanos Anuario, año 4, No. 4, primavera 2019, es una publicación anual editada por la Comunidad Universitaria del Golfo Centro A.C., Blvd. del Niño Poblano No. 2901, Colonia Reserva Territorial Atlixcáyotl, San Andrés Cholula, C.P. 72820, Puebla, Tel. (222)372.30.00, www.iberopuebla.mx, ricardo.escarcega@iberopuebla.mx. Editor responsable: Marcos Ricardo Escárcega Méndez. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2017-062014025700, ISSN 2594-0201, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Responsable de la última actualización de este número, Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, sj. Blvd. del Niño Poblano 2901, Colonia Reserva Territorial Atlixcáyotl, San Andrés Cholula, C.P. 72820, Puebla. Tel. (222)372.30.00, extensión 14200. Fecha de última actualización: marzo 2019. RESPONSABLE DE LA PUBLICACIÓN Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, SJ, de la Universidad Iberoamericana Puebla

DERECHOS HUMANOS anuario

PRESENTACIÓN.............................................................................................................................................................................................................................9 01 entrevistas EDUCAR PARA LA PAZ. APORTES DESDE EL PENSAMIENTO DE IGNACIO ELLACURÍA entrevista aJosé Sols Lucia...........................................................................................................................................................................15 La violencia no solamente es la violencia directa de una persona a otra, o de un ejército a otro, sino que también existe la violencia estructural y la violencia cultural, sin olvidar la psicológica. Por ello, es tan importante trabajar y educar por la paz. Educar por la paz significa no dejarse llevar por este momento presente, no abandonar, no decir “no se puede hacer nada”, “así son las cosas". Significa ser conscientes de que somos libres, de que podemos construir nuestro futuro y de que queremos un futuro en paz. EL LEGADO DE ELLACURÍA: UN LEGADO DE DENUNCIA, PROFECÍA Y UTOPÍA entrevista a Héctor Samour Canán.........................................................................................................................................................23 Hay que tener en cuenta que Ignacio Ellacuría, sj, desde hace más de cuarenta años, ya había hecho un diagnóstico de que estamos en una crisis de civilización. Él hablaba de la crisis de la civilización del capital, con todo lo que está produciendo; no solamente desigualdad, exclusión, pobreza, sino que también la destrucción del planeta. #PRISIÓNCONLEY entrevista Miguel Sarre.....................................................................................................................................................................................29 Entre las violaciones a los derechos humanos solo se identifican puros aspectos, digamos, de tipo material, como la falta de servicios médicos, pero no se dice nada respecto de la falta de acceso, el derecho de acceso a una jurisdicción en materia de ejecución penal, el derecho de acceso a una defensa especializada en ejecución penal, y la ausencia de los fiscales, también especializados en la ejecución penal. ÍNDICE

LA CARAVANA MIGRANTE: ORÍGENES Y DESAFÍOS EN EL CONTEXTO HONDUREÑO Y LA REGIÓN DE CENTROAMÉRICA -NORTEAMÉRICA entrevista a Yolanda González Cerdeira................................................................................................................................35 México se ha convertido en el guardián de las fronteras de Estados Unidos porque sigue siendo el que más deporta migrantes. Si hacemos un cálculo conservador, en este año podemos hablar que alrededor de 7 mil 600 personas han salido mensualmente de Honduras hacia México y Estados Unidos. DERECHO A LA INFORMACIÓN Y CAMBIO DE GOBIERNO EN MÉXICO entrevista a Ana Cristina Ruelas..................................................................................................................................................................43 El acceso a la información es un derecho y no es un mecanismo de gestión administrativa con el que tienen que cumplir. Es decir, hoy por hoy las instituciones ven el acceso a la información como algo administrativo con el que tienen que cumplir y no como un derecho que tiene que garantizarle a las y los ciudadanos. 02 artículos INFORME SOBRE LA SITUACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN EL MARCO DE LA CONTINGENCIA DEL SISMO DEL DÍA 19 DE SEPTIEMBRE DE 2017 Jorge Eduardo Morales Sierra..................................................................................................................................................................51 En el mes de febrero de 2018, el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, sj (idhie) valoró la necesidad de documentar y contrastar aquellas prácticas y omisiones, en materia de derechos humanos, que permitieran elaborar un informe sobre la situación de las personas damnificadas por el sismo en Puebla. El presente artículo da cuenta de los principales hallazgos encontrados en tal exploración, presentando aspectos generales del estado de Puebla y detallados de Santiago Huejotal y Santo Domingo Ayotlicha.

LA IMPORTANCIA DE TRANSVERSALIZAR E INSTITUCIONALIZAR LOS DERECHOS HUMANOS Y LA PERSPECTIVA DE GÉNERO EN EL ÁMBITO UNIVERSITARIO Iliana Galilea Cariño Cepeda / Margret Michel Ramírez....................................................................................71 Este ensayo deriva del marco referencial de una investigación-acción realizada por el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría sj (idhie). La revisión normativa y conceptual descrita evidencia la urgente necesidad de institucionalizar y transversalizar los derechos humanos y la perspectiva de género, como estrategias que posibilitan asegurar una formación de calidad en condiciones de igualdad y equidad en el ámbito universitario. EL DERECHO DE LAS MUJERES A UNA VIDA LIBRE DE VIOLENCIA Y DISCRIMINACIÓN: PROTECCIÓN INTERNACIONAL María del Rosario Arrambide González............................................................................................................................87 El presente artículo tiene por objeto analizar los principales instrumentos internacionales de protección a los derechos humanos de las mujeres, en específico al derecho a una vida libre de violencia y discriminación, así como hacer un recorrido histórico a través de la adopción de diversos instrumentos y el desafío que implicó para la comunidad internacional abordar la protección de los derechos humanos de las mujeres desde un enfoque de género, que tome en cuenta las causas y consecuencias de la violencia y la discriminación. GOBERNANZA. LA RACIONALIZACIÓN DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA Jorge Reyes Negrete...............................................................................................................................................................................................107 Los mecanismos institucionalizados que permitan una participación ciudadana más allá de la emisión de un sufragio significan un derecho humano del gobernado, ello bajo la lógica de un Estado Constitucional de Derecho. Esto permite que los gobernados puedan cristalizar –institucionalmente– sus ideales y hacer vinculantes los valores morales que consideran importantes. Esto es, que el diseño, construcción y desarrollo del Estado sea un ejercicio de coparticipación. LAS NIÑAS Y NIÑOS COMO SUJETOS DE UNA PROTECCIÓN JURÍDICA ESPECIAL: UN ANÁLISIS DESDE LA TEORÍA Y LA FILOSOFÍA DEL DERECHO Daniel López Andrade Ulloa.....................................................................................................................................................................123 El objetivo de este ensayo es exponer brevemente algunas de las principales teorías filosóficas-jurídicas que justifican la existencia de los derechos de la niñez o el hecho de que los niños y niñas sean sujetos de derechos, cuestión a la que se enfrentan jueces, abogados, teóricos y filósofos del derecho.

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 7 NUEVA LEY GENERAL DE DESAPARICIÓN FORZADA EN MÉXICO Rebeca Debernardi Mustieles..........................................................................................................................................................133 El presente ensayo es una opinión personal, acompañada de datos reales, extraídos de la prensa y de organizaciones no gubernamentales, así como de declaraciones del Estado mexicano. Se busca dar un conocimiento amplio acerca de la situación que se vive actualmente en nuestro país HACIA UN PERIODISMO CON PERSPECTIVA DE GÉNERO Carolina Fernández Galindo.........................................................................................................................................................139 El objetivo de este ensayo consiste en realizar un planteamiento sobre el trato que la prensa escrita, motivada por una herencia patriarcal, le da a las mujeres a través del lenguaje sexista o de estereotipos que las violentan, menosprecian o invisibilizan. Además, las empresas periodísticas tampoco cumplen con la paridad de género, pese a que las mujeres han ganado cada vez más espacios en sus redacciones, aún no logran colocarse en puestos directivos. Por último, se hace una propuesta con recomendaciones para comenzar a ejercer un periodismo con perspectiva de género, necesario para una sociedad más igualitaria. EL DERECHO A LA EDUCACIÓN EN MÉXICO: ¿REALIDAD, ESPERANZA O UTOPÍA? María Magdalena Lorandi Tavizón.....................................................................................................................................149 La educación constituye el punto fundamental para el conocimiento, ejercicio, exigibilidad y del desarrollo humano que, en todos sus aspectos, dan sustento a hacer realidad la vivencia de los derechos humanos y, sin lugar a dudas, la educación en y para los derechos humanos y la justicia social es también la base de nuestra democracia y la de los valores prosociales que la posibilitan. Es la piedra angular para poder avanzar en la construcción conjunta de un país y mundo mejor para todos, todas y todo lo que nos rodea. 03 ponencias QUIÉN ESCRIBE LOS LIBROS, QUIÉN PONE LOS MUERT@S Mariana Bayo Mora..................................................................................................................................................................................167 Voy a empezar con una pregunta, que es como la pregunta que va a guiar toda mi exposición a lo largo de esta tarde, que tiene que ver con para qué sirve la investigación académica como parte de procesos de justicia frente a graves violaciones a los derechos humanos, en el contexto de violencia actual en México. ¿Para qué sirve la investigación desde las ciencias sociales?

8 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 ENCUENTRO INTERGENERACIONAL DE LUCHAS 1968-2018 Pilar Calveiro......................................................................................................................................................................................................183 Cuando hablamos del 68 nos referimos a un hito de la historia reciente de México, pero también del mundo contemporáneo, ya que el impacto que han tenido los acontecimientos del 68 trascienden a lo nacional, lo cual no quiere decir que no impacten extraordinariamente en la realidad mexicana. AQUEL MAYO DEL 68 Marc Georges Klein.....................................................................................................................................................................................191 Quienes teníamos 18 años en la primavera de 1968 nacimos pocos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial. Somos hijas e hijos del (no tan) unánime “¡Nunca más!” de 1945 y de la Declaración (no tan) Universal de los Derechos Humanos de 1948.

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 9 PRESENTACIÓN Para México, 2018 representó un año de cambios dentro del sistema político y social. Por primera vez, en su historia reciente, un candidato identificado con la izquierda asumiría la Presidencia de la República con un respaldo ciudadano pocas veces visto. Tras seis años de gobierno de Enrique Peña Nieto, marcado por múltiples presuntos casos de corrupción como la llamada Casa Blanca; por la violación a derechos humanos en casos como Ayotzinapa o Tlatlaya, y por el alza en los índices de inseguridad y violencia; Andrés Manuel López Obrador alcanzaba su objetivo de llegar a Palacio Nacional con un discurso centrado, principalmente, en la lucha anticorrupción, la pacificación del país y el respeto a los derechos humanos. Partícipe de esta realidad, el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, sj (idhie), de la Universidad Iberoamericana Puebla, convocó a la publicación de artículos que abordaran diferentes experiencias y debates en torno a los derechos humanos desde una perspectiva centrada en la ciudadanía y la coyuntura electoral. Como resultado de ello, presenta su Anuario de Derechos Humanos edición 2018: Nuevas ciudadanías, resistencia y derechos humanos en la coyuntura electoral. En las siguientes páginas, él y la lectora se adentrarán en el complejo contexto que enmarca el panorama de los derechos humanos en nuestro país, así como en las dificultades y los retos que existen para hacerles exigibles. Desde el análisis del derecho a la educación en un recorrido por la legislación y la aplicación de políticas públicas en la materia; hasta la construcción de ciudadanía y la importancia de la participación en la toma de decisiones de lo público bajo el concepto de gobernanza; pasando por la revisión teórica, filosófica y jurídica para el reconocimiento de las niñas y los niños como sujetos de derechos. En materia de género, el Anuario recoge una investigación realizada por el idhie sobre la necesidad de institucionalizar y transversalizar los derechos humanos y la perspectiva de género en el ámbito universitario, así como un análisis de los instrumentos internacionales que buscan garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y discriminación; además de una revisión sobre la participación de las mujeres dentro de los medios de comunicación, particularmente dentro de la prensa escrita en el ámbito local y una propuesta de recomendaciones para el ejercicio de un periodismo con perspectiva de género. Uno de los mayores problemas en materia de seguridad durante el sexenio peñanietista fue el incremento de los casos de desaparición forzada en nuestro país. La desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” fue solo una muestra de la problemática donde, de acuerdo con cifras oficiales, existen aproximadamente 40 mil personas desaparecidas. En ese contexto, en las siguientes páginas, encontrarán un análisis de la nueva Ley General en Materia de Desaparición

10 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 Forzada de Personas, y una ponencia sobre el papel de la investigación académica en los procesos de justicia a través del caso "Yo sólo quería que amaneciera". Informe de Impactos Psicosociales del Caso Ayotzinapa, desarrollado por Fundar, Centro de Análisis e Investigación. Asimismo, a más de un año del sismo del 19 de septiembre, el Programa de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (desca) del idhie presenta un informe sobre la situación de los derechos humanos que prevalece en las comunidades de Santiago Huejotal y Santo Domingo Ayotlicha, en el estado de Puebla, donde la Ibero Puebla ha acompañado el proceso de reconstrucción. Las voces de las y los actores en la defensa y promoción de los derechos humanos permiten comprender mejor la realidad y los procesos sociopolíticos. Así, acercarse al contexto hondureño, da pistas para entender fenómenos tan complejos como las caravanas de migrantes y el éxodo centroamericano, o reconocer la respuesta desde la sociedad civil a los pendientes legislativos existentes para garantizar derechos fundamentales como el acceso a la justicia o la libertad de expresión, a través de iniciativas como #PrisiónConLey o #MediosLibres. En el marco de los 50 años del movimiento estudiantil de 1968, el Anuario reúne las ponencias presentadas dentro del Encuentro Intergeneracional de Luchas “Y tú vendrás marchando junto a mí”, por Pilar Calveiro, exmilitante de los Montoneros en Argentina, y Marc George Klein, activista durante el Mayo francés, cuyas voces reflexionan acerca del legado de los movimientos sociales de la década de los sesenta y setenta, más allá de Tlatelolco y la Plaza de las Tres Culturas. Finalmente, a casi 30 años de los hechos ocurridos en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” de El Salvador, el pensamiento de Ignacio Ellacuría Beascoechea, sj sigue siendo materia de reflexión y análisis en los espacios universitarios. Cuenta de ello dan dos entrevistas que revisan el aporte ellacuriano en los procesos de educación para la paz y en el análisis de la realidad. Con la presente edición del Anuario de Derechos Humanos, el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, sj busca seguir abonando en la discusión, análisis y reflexión en torno a los derechos humanos con el propósito de contribuir a una sociedad más justa y equitativa.

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DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 15 Educar para la paz. Aportes desde el pensamiento de Ignacio Ellacuría1 Entrevistado: José Sols Lucia2 Entrevistador: Luis Mauro Izazaga Carrillo3 La universalización ha de hacerse desde la opción preferencial por los pobres, pues la hasta ahora hecha desde la opción preferencial por los ricos y poderosos ha traído a la humanidad más males que bienes. Ignacio Ellacuría Mauro Izazaga: ¿Cuáles son las líneas o planteamientos generales de la educación para la paz que nos ayudan a entender más el contexto mexicano o el contexto latinoamericano? José Sols: Personalmente, he llegado a la reflexión acerca de la paz a través de mi investigación sobre la violencia. Dediqué bastantes años a trabajar sobre el porqué del fenómeno de la violencia en sus diferentes expresiones y, de hecho, fruto de sendos cursos sobre violencia y procesos de reconciliación política que di en el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (imdosoc) en 2007, y en la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México en 2015, salió recientemente publicado un libro sobre esta temática.4 1 Entrevista realizada en el marco del Seminario de reflexión universitaria para profesores 2018 “Educar en la justicia, la paz y la reconciliación”, en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, el día 6 de junio de 2018. 2 Es doctor en Teología (Centre Sèvres, París, 1999), licenciado en Teología (Centre Sèvres, París, 1994) y licenciado en Historia Contemporánea (Universidad de Barcelona, 1987). Es director de la Cátedra de Ética y Pensamiento Cristiano del Instituto Químico de Sarriá (iqs), Universidad Ramon Llull, Barcelona, España, donde imparte cursos sobre Ética Empresarial y sobre Pensamiento Social Cristiano en el Grado de ade y en el Joint Master in Global Entrepreneurial Management. 3 Maestro en Educación Superior, profesor de filosofía en el Departamento de Filosofía y en el Programa de Reflexión Universitaria en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. 4 El profesor José Sols hace referencia al libro Violencia y procesos de reconciliación política, publicado en 2018 por la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México y por la Asociación Mexicana de Promoción y Cultura Social del imdosoc.

16 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 Vivimos en un mundo inmerso en la cultura de la violencia. La violencia ha impregnado casi todos los órdenes de lo humano, incluido el ocio. Uno puede poner en cualquier país la televisión por la noche buscando una película y encontrarse con el hecho de que la mitad de las películas son violentas. Y no violentas en clave cómica, sino realmente muy agresivas. Esto hay que cambiarlo. La violencia no solamente es la violencia directa de una persona a otra, o de un ejército a otro, sino que también existe la violencia estructural y la violencia cultural —la que estoy mencionando—, sin olvidar la psicológica. Por ello es tan importante trabajar y educar por la paz. Educar por la paz significa no dejarse llevar por este momento presente, no abandonar, no decir “no se puede hacer nada”, “así son las cosas”. Significa ser conscientes de que somos libres, de que podemos construir nuestro futuro y de que queremos un futuro en paz. La paz es más bien un camino, un proceso de pacificación al que vamos llegando y al que nunca acabamos de llegar del todo. La paz es aquel estado humano, aquella sociedad, en la cual los derechos humanos son respetados de manera habitual, de manera estructural. Entonces, es muy importante educar en la cultura de la paz como contraposición a la cultura de la violencia, y esto hay que hacerlo a todos los niveles, desde los niños más pequeños, en la educación en valores, hasta la primaria, la secundaria, la universidad, centros culturales y centros sociales. Hay que promover la cultura de la paz a todos los niveles. Mauro Izazaga: En ese sentido, una de las apuestas de usted para esta educación para la paz es la educación para la ciudadanía, que se basa en el respeto a la dignidad humana y a los derechos humanos. ¿Cómo entender esto, profesor Sols? José Sols: Las dos réplicas más importantes a la cultura de la violencia son estas dos que mencionaba usted: la defensa de los derechos humanos, esto es, de la dignidad de la persona humana, y la defensa de la ciudadanía. Las dos son interesantes. A mí me gusta más la defensa de la dignidad de la persona humana porque es universal, es para todos, sea cual sea su nacionalidad, su sexo, su etnia, algo válido en cualquier rincón del mundo. No obstante, a veces la transición de un mundo de violencia a otro de respeto universal de la dignidad humana no es sencilla, y en ese caso el trabajo por la ciudadanía puede ser una fase intermedia interesante, aquella en la que se defiendan los derechos de todos los habitantes de un Estado social y democrático de Derecho. En ese modelo de Estado, si funciona bien y si no tiene corrupciones de ningún tipo, sus ciudadanos y ciudadanas tienen unos derechos por la Constitución y por las leyes que han de ser respetados; y si son respetados, entonces viviremos en paz. Esto ya es algo; evidentemente es limitado, puesto que en cuanto uno abandona el país, pierde buena parte de esos derechos, dado que el país vecino no le reconoce como ciudadano propio, aunque siga teniendo ciertos derechos gracias a acuerdos bilaterales o internacionales. Educar por la paz significa no dejarse llevar por este momento presente, no abandonar, no decir “no se puede hacer nada”, “así son las cosas"

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 17 Así, cuando uno es extranjero en un país conserva solo algunos de sus derechos ciudadanos de su país de origen, pero no todos, dado que no es un ciudadano de pleno derecho, sino con permiso de residencia, que no es lo mismo. Entonces, los derechos de ciudadanía son una buena réplica al estado de violencia, pero no la mejor: la mejor es la defensa de los derechos humanos en cualquier rincón del planeta. No obstante, digo que es una buena réplica porque si trabajamos a fondo por la idea de ciudadanía, por el respeto a las leyes, a la democracia, al Estado de Derecho, tenemos ya mucho camino recorrido, un camino que va contra la violencia y a favor de la paz. Mauro Izazaga: Usted es un referente para la Teología de la liberación, y ha profundizado especialmente en la obra del jesuita Ignacio Ellacuría. Podemos ver esto en algunas de sus obras, como El legado de Ellacuría (1998), La teología histórica de Ignacio Ellacuría (1999) o Las razones de Ellacuría (2014), entre otras. ¿Qué vigencia tiene hoy la Teología de la liberación en Latinoamérica y en el mundo? ¿Cuál es su contribución a la paz? Pienso ahora en la Teología de la liberación no solamente como opción preferencial por los pobres, sino también por los migrantes, las personas desplazadas, los refugiados, etc. ¿Qué piensa usted sobre esto? José Sols: La Teología de la liberación —cuya paternidad corresponde a Gustavo Gutiérrez— nace en los años 60 y se desarrolla en los 70 y 80 del siglo pasado, paralela a la Teología política europea (Johann Baptist Metz). Son dos corrientes hermanas que nacen en contextos distintos: el de represión en América Latina y el de democracia liberal y social en Europa. La gran aportación de estas dos teologías consiste en introducir el análisis de las estructuras políticas y socioeconómicas en la teología. Anteriormente, con algunas excepciones, la teología se había desarrollado en el terreno de lo personal: al afirmar que Dios nos salva a cada uno de nosotros, los conceptos de la teología cristiana abarcaban sobre todo el nivel de lo personal. Curiosamente, la Biblia no es así. La Biblia empieza siendo comunitaria en el Antiguo Testamento, y poco a poco va evolucionando hacia lo personal, y de ese modo hacia lo universal, dado que ya no es un pueblo, Israel, el que es sujeto de una historia de salvación, sino cada persona de la humanidad entera. Lo interesante de la Teología de la liberación es que introduce el análisis de estructuras, algo que por razones culturales no podía existir en tiempos de la Biblia, porque es un discurso que aparece con la moderna ciencia social a partir de la Ilustración, sobre todo a partir de mediados del siglo xix (sí se había dado antes la denuncia social, como es el caso de Antón de Montesinos o de Bartolomé de las Casas, y sí había nacido ya la teoría política en las escuelas de Salamanca y de Coímbra, pero todavía no el análisis de estructuras). La Teología de la liberación desarrolla la idea de estructura de pecado: una estructura sociopolítica o socioeconómica injusta es en sí misma pecado.

18 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 Esto es algo que le costó aceptar al papa Juan Pablo II, pero que acabó por introducir en su doctrina social, como aparece en Centesimus Annus (carta encíclica de 1991, en el centenario de Rerum Novarum, de León XIII). Ignacio Ellacuría, uno de los líderes de la Teología de la liberación, asesinado por el ejército nacional en El Salvador en 1989, afirma que los pobres son el lugar donde hay que hacer teología, porque —ahora en palabras nuestras— Dios se nos muestra en los marginados, en los que están en los márgenes del sistema social. La Teología de la liberación responde a un momento en el que se toma conciencia de que hay unas mayorías en la tierra en la pobreza y en la injusticia, y trata de darles voz y de mostrar que la salvación de Dios que se ofrece a todo el mundo pasa a través de la transformación de esas estructuras injustas, para lo cual se hace necesaria la mediación analítica de las ciencias sociales. Luego el tiempo ha ido pasando. Las dictaduras de extrema derecha han ido cayendo en América Latina, perduran todavía las desigualdades socioeconómicas en varias regiones y han surgido algunos gobiernos populistas alejados de la democracia real. La Teología de la liberación, sin abandonar su discurso original, se ha ido abriendo a realidades nuevas, como el movimiento migratorio, la mujer, los pueblos indígenas o la ecología. En ese sentido, la denominada Teología del pueblo (Juan Carlos Scannone) es un buen complemento a la Teología de la liberación. Esta se ha ido abriendo a nuevas realidades históricas como una flor: sin traicionar su discurso original, la Teología de la liberación ha visto que no solamente hay que entender la realidad en categorías ricos–pobres, multinacionales–campesinos explotados (que, por lo demás, no han desaparecido del todo), sino que ha visto que van apareciendo nuevas realidades que requieren nuevas categorías. Fueron importantes las conferencias de obispos latinoamericanos de Santo Domingo, en 1992, y de Aparecida, en 2007, cuyo documento (me refiero al de Aparecida) fue redactado principalmente por Jorge Mario Bergoglio, que luego sería el papa Francisco. Ahí se ve cómo, aunque es obvio que no toda la Iglesia latinoamericana está por la Teología de la liberación, los obispos latinoamericanos recogen el discurso de la liberación (la salvación teologal pasa a través de la liberación de estructuras socioeconómicas injustas), pero no se quedan encerrados en él, sino que se abren a realidades nuevas que van apareciendo. Mauro Izazaga: La Teología de la liberación sigue ampliando el panorama de nuevas categorías de la realidad. Usted menciona en Las razones de Ellacuría que “en los conflictos bélicos y en los conflictos revolucionarios hay que escuchar la tercera fuerza social”. ¿Cómo hablar de esto en un contexto mexicano cuando no hay una guerra abiertamente declarada? ¿A quiénes escuchar en el contexto mexicano o latinoamericano? José Sols: Esa frase la afirmó Ellacuría en el contexto de la guerra civil salvadoreña. Como usted dice, en México no hay una guerra civil. En las guerras civiles las posturas siempre tienden a polarizarse,

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 19 a reducirse a dos polos, pero esto es una posición política binaria: o lo uno o lo otro; no hay términos intermedios. Ellacuría dice que eso no es cierto: la realidad siempre es más compleja, siempre hay más posiciones, más voces que se deben escuchar; ninguna de las dos posiciones enfrentadas representa a todo el pueblo, aunque cada una dice hacerlo. Hay que escuchar a una tercera fuerza, que está silenciada en la guerra civil. Algo así pasó en la guerra civil española (1936–1939): se polarizó la realidad española, que era más compleja. En México no sé si están en esta situación porque no hay una guerra civil y, por tanto, no hay una situación de un bando contra otro; la realidad de México es más compleja. En países donde abunda la violencia, la primera voz que hay escuchar es la de las víctimas de esa violencia. Hay que dar la palabra a los que han sufrido violencia. Las víctimas han de poder hablar. Es importante dar la palabra a las víctimas aún vivas (heridos, personas que han sufrido secuestro o amenazas) y a sus familiares. Y aunque parezca extraño, hay que dar voz también a los que están del lado de los que cometen violencia. Quizás no podemos empezar directamente por los narcotraficantes, pero sí por algunos de sus familiares que estén dispuestos a hablar. Escuchar a sus familiares puede mover el corazón de los que cometen violencia. Yo he visto esto en cárceles —he colaborado como educador voluntario en cárceles en Barcelona y en París—: lo que más movía el corazón de un preso era lo que decía su familia, su mamá, su papá, su esposa, sus hijos. Eso les mueve mucho. Hay que darles la palabra e intentar poner en contacto a los unos con los otros, es decir, a las víctimas de la violencia con los familiares de aquellos que están presos por haber cometido violencia. Algo ya se ha hecho en el País Vasco (España) y mucho más que algo en Sudáfrica, con las Comisiones de la Verdad y la Reconciliación. Unos y otros descubren que no son tan distintos y que el sufrimiento se parece bastante, y que incluso les une. Así, conviene poco a poco dar la palabra, pues esta es sanadora, terapéutica. Cuando cometemos violencia, matamos dos realidades: la persona y su relato. No podemos recuperar a la persona muerta, pero sí su relato a través de sus familiares y amigos, e incluso a través de sus verdugos, ya arrepentidos. Si logramos recuperar la palabra, si logramos que se pueda hablar, que se pueda dialogar, que se puedan explicar los relatos, entonces perderemos los motivos para ejercer la violencia. A más palabra, menos violencia. Por eso, y aunque parezca un poco raro, hay que dar la palabra también a los narcotraficantes, a sus familias, a los presos y a los ex–presidiarios. Mauro Izazaga: Profesor Sols, esta respuesta me recuerda a aquellos que usted menciona en una de sus obras donde expone si necesitamos más voces proféticas. ¿Necesitamos más personas como Ignacio Ellacuría o como monseñor Óscar Romero? ¿Necesitamos dar voz a los Sin Voz —pensando en que se tiene que escuchar la voz de las víctimas, las voces quebradas según la tesis de Teresa Godwin Phelps en Voces desquebrajadas— a través de ciertos líderes?

20 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 ¿Quiénes tienen el derecho de hablar: un representante (o líder) del pueblo o directamente el pueblo? Esto me recuerda las palabras del subcomandante Marcos: “Nuestras armas son nuestras palabras” —esto en relación con lo que usted mencionaba—. ¿Cómo entender esto? ¿Puede haber una violencia legítima? José Sols: Comienzo con Ellacuría y Óscar Romero y luego pasaré a la segunda parte de su pregunta. El ideal es que no haya ni un Ellacuría, ni un Óscar Romero. El ideal es que la gente tenga la palabra, que las personas de la calle se puedan expresar, y esto ha de ser posible en un país democrático. Ahora bien, en contextos de dictadura, de represión política, de violencia paramilitar, como pasó en El Salvador, o en contextos de violencia por narcotráfico, la gente se aterroriza y deja de hablar, porque creen que el silencio les protege. Y cuanto menos destaquen en público, menos serán un objetivo de los violentos, con lo cual se produce un estado de silencio que oculta la injusticia que se está produciendo. Y es en ese contexto donde aparece una voz profética: esto ya pasó en el Antiguo Testamento, cuando surgen voces proféticas que denuncian la violación de la Alianza por parte del pueblo de Israel o de sus gobernantes. Esa voz profética, tipo Ignacio Ellacuría, Óscar Romero o Martin Luther King, es la de una persona a la que no le importa ver en peligro el cargo que ostenta como rector de universidad o como arzobispo, o puede ser cualquier persona sin cargo alguno que no tema a la muerte, o cuyo temor a la muerte sea menor que su fe en Dios y en la dignidad humana. Es una persona que tiene una experiencia personal profunda de aquello que está viviendo su pueblo y se convierte en la voz de su pueblo. No es el ideal (el ideal es que el pueblo tenga voz), pero cuando el pueblo no tiene voz por el miedo que le paraliza, entonces surge el profeta. En cuanto a lo segundo, el tema de si la violencia puede estar legitimada en algunos casos, debo decir que la violencia siempre es mala: nunca se puede decir que sea buena porque siempre será agresión al otro y será además el origen de futuras violencias. Porque luego el hijo del otro le contestará, se vengará y así nunca acabaremos, como ha pasado en Israel y Palestina o en Irlanda de Norte. La violencia nunca es buena. Ahora bien, es verdad que la tradicional doctrina social cristiana aceptaba el tiranicidio y la guerra (llamada guerra justa) cuando se daban ciertas condiciones muy estrictas, como mal menor para evitar otro mayor. No obstante, la Iglesia cada vez dice esto en voz más baja porque ve que aun siendo lógicamente cierto, la violencia siempre es violencia y siempre engendra otras violencias, incluso la más justa de las violencias lo hace. Cuando una violencia aparentemente está justificada porque es el último recurso que queda para defender una causa justa y los medios pacíficos ya se han agotado, se suele entrar en una espiral de violencia que dura años. Fíjese en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (farc): aparecen en los años 60, hace ya cincuenta años, con un noble ideal la violencia puede estar legitimada en algunos casos, debo decir que la violencia siempre es mala: nunca se puede decir que sea buena porque siempre será agresión al otro

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 21 de cambio de estructuras, y en su historia dejan un reguero de 200 mil muertos y una verborrea revolucionaria que oculta una realidad de narcotráfico. Por ello, hay que intentar trabajar con medios pacíficos, agotarlos, buscar mediadores, hay que intentar exprimir al máximo el limón de los medios pacíficos antes de tomar un arma. Mauro Izazaga: Para finalizar, me gustaría preguntarle algo acerca del pensamiento ellacuriano. Pienso en un texto concreto de Ellacuría, Filosofía, ¿para qué?, donde el autor afirma que la filosofía debe servir para desideologizar los discursos que están ideologizados y que justifican las injusticias de la realidad. El P. Ellacuría fue rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas en El Salvador, él tuvo una función muy activa en el proceso de pacificación de la guerra civil de El Salvador. Él fue el defensor de una tercera fuerza, un puente de diálogo, una tercera fuerza que pudo usar —en el mejor sentido— la universidad, es decir, estoy hablando de la función social que tiene la universidad, más específicamente la universidad jesuita, para su contexto. ¿Qué importancia da usted a la función social de las universidades jesuitas? ¿Cuál sería este compromiso de la universidad para su propia realidad? José Sols: En esto soy muy ellacuriano, soy discípulo de Ellacuría y, siguiendo la estela de su pensamiento, creo que toda universidad ha de trabajar por analizar a fondo la realidad histórica con todas sus disciplinas y ciencias, y ha de contribuir “universitariamente”, como solía decir él, a los procesos de transformación de la realidad. Esto supone que hay unos valores previos, porque si transformamos la realidad es porque hacemos una valoración negativa de ella, lo que significa que hay unos valores que nos parece que son positivos y que vemos que no son respetados en la realidad, y consideramos que deberíamos implantarlos y transformar esa realidad. Cuando transformamos la realidad, de algún modo la violentamos, porque queremos que deje de ser como es y pase a ser como debería ser, una realidad más justa, más humana, más respetuosa de los derechos humanos: como diría el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, ejecutado por los nazis, hay que pasar de la realidad inauténtica (lo que vemos en nuestro presente histórico) a la realidad auténtica (lo que en el fondo somos, aunque no lo veamos). Por tanto, hay unos valores preconcebidos ante eso. Todo esto lo debería trabajar cualquier universidad, pública o privada, laica o confesional. Ahora bien, la universidad jesuita está en el interior de una tradición muy concreta, de inspiración cristiana, o directamente de titularidad católica, según los casos. Su humanismo cristiano, que tiene como referente a Jesús de Nazaret, promueve valores más radicales, por lo que esa universidad jesuita no se contenta solamente con el análisis de las estructuras, sino que también entra en el orden de lo espiritual, de la conversión personal, y en otras dimensiones de la transformación social. Una universidad jesuita ha de destacar en ese análisis de la realidad y en ese intento de contribuir a su transformación, pero no se ha

22 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 de quedar ahí, sino que debe también contribuir a entender que la transformación ha de ser integral, en la línea de lo que dice el papa Francisco en su encíclica Laudato Si’ (2015) acerca de la necesidad de una ecología integral. La ecología integral lo abarca todo, todo lo que tiene que ver con la vida del hombre en la tierra: el cuidado de la naturaleza, la lucha por la justicia y los derechos humanos, la defensa de la vida en todas sus etapas, la búsqueda de la paz. Y esto se puede expresar mediante el humanismo cristiano, que quizás algunas universidades públicas no confesionales no tendrán, pero que debe estar presente en una universidad jesuita o en cualquier otra universidad de inspiración cristiana: ese tipo de universidades debe destacar por su contribución a los procesos de transformación social, en lo estructural y en lo personal. Mauro Izazaga: Agradezco el tiempo para la entrevista y su aportación a la lucha por la justicia, la dignidad humana y ecológica, así como su contribución a la educación en la paz. ¿Le gustaría agregar algo más? José Sols: Me gustaría destacar que el trabajo por la paz debe hacerse a muchos niveles. Nadie puede dimitir de trabajar por la paz: ni el ciudadano puede decir que es un trabajo solo del gobierno, ni la universidad puede afirmar que la educación para la paz es para primaria o secundaria. La responsabilidad por la paz corresponde a todos los niveles educativos, al poder político y a todos los agentes sociales y culturales: todos deben trabajar por la paz y por la ecología integral. Y hay que empezar ya. No podemos esperar más. Referencias Sols Lucia, J. (2014). Las razones de Ellacuría. En el 25 aniversario del martirio de los jesuitas de la uca (1989–2014) (Vol. Cuaderno 191). Barcelona, España: Cristianisme i Justicia. Obtenido de www.cristianismeijusticia.net

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 23 El legado de Ellacuría: un legado de denuncia, profecía y utopía1 Entrevistado: Héctor Samour Canán2 Entrevistador: Eduardo Rafael García Vásquez3 Eduardo García: Desde tu perspectiva, Héctor Samour, ¿qué es lo que hace vigente el pensamiento de Ignacio Ellacuría, sj a 30 años de su martirio? Héctor Samour: Bueno, yo creo que su trayectoria, tanto intelectual, sus aportes en el campo de la Teología de la liberación, a la filosofía, pero también toda su praxis política en El Salvador, buscando la finalización del conflicto armado en los ochenta. Un papel importante, tratando de posibilitar el diálogo y la negociación, la terminación del conflicto. Yo creo que él y sus compañeros siguen vigentes tanto por la estrategia que emplearon desde la universidad para tratar de combatir las causas del conflicto, la desigualdad y buscar la paz, por eso inspiran todavía a muchos grupos, a mucha gente en América Latina. Sobre todo porque seguimos viviendo sociedades muy conflictivas, sociedades muy desiguales, entonces su pensamiento, la acción que ellos realizaron, son una guía para orientar la praxis que tenemos que hacer para poder construir sociedades más democráticas, más justas, más libres. Eduardo García: Estamos a 30 años del asesinato de Ellacuría, sj y en ese lapso llegaron al poder movimientos revolucionarios en América Latina, varios de ellos ya están de salida. En este sentido, ¿cuál podría ser una lectura necesaria o cómo tendríamos que reactualizar estos planteamientos ellacurianos a la luz de estas nuevas circunstancias en América Latina, teniendo en la cabeza, por ejemplo, lo que está ocurriendo en Brasil? 1 Entrevista en el marco del Encuentro Anual de la Cátedra Latinoamericana Ignacio Ellacuría de Análisis de la Realidad Política y Social, realizada en la Ciudad de México en noviembre 2018. 2 Doctor en filosofía, profesor–investigador de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas de El Salvador. 3 Coordinador de Proyectos Académicos del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, sj de la Universidad Iberoamericana Puebla.

24 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 Héctor Samour: Bueno, hay que tener en cuenta que Ellacuría, sj desde hace más de cuarenta años ya había hecho un diagnóstico de que estamos en una crisis de civilización. Él hablaba de la crisis de la civilización del capital, con todo lo que está produciendo; no solamente desigualdad, exclusión, pobreza, sino también la destrucción del planeta. Él murió unas semanas después de la caída del muro de Berlín, o sea, él no pudo presenciar ni evaluar en toda su amplitud lo que significaba la caída del bloque soviético, la caída de lo que se llamaba el socialismo soviético, y todo lo que eso implicó después, en las siguientes décadas; sin embargo, ya había sido testigo de las contradicciones que se estaban produciendo en los países socialistas en aquella época. Él fue testigo de la Perestroika, fue testigo de lo que se llamó la Glasnot y también ya había sido testigo de las desviaciones que había tenido la revolución sandinista en Nicaragua, un proceso que él, al principio, en los ochenta, apoyó y que después, ya hacia 1989, miraba como un proceso revolucionario desviado, que más que convertirse en un proceso de liberación y emancipación real se convirtió en un proceso que le fue dando otra vez privilegios y dominio a unas élites, distintas a las que se había derrocado, pero siempre a unas élites. Entonces, él ya más o menos tenía un horizonte hacia dónde iba la cosa. Ellacuría, sj siempre desconfió de las vanguardias porque decía que cualquier vanguardia nunca encarna el verdadero telos, hacia dónde debe tender a una acción emancipadora. Él siempre desconfiaba del poder y le daba mucha preferencia, más que al poder y a los partidos políticos, a los movimientos sociales y a lo que pudiera ser la acción de la sociedad civil en los procesos de emancipación, no solamente para transformar regímenes, sino también para después tener una vigilancia crítica de los procesos. Ellacuría, sj siempre desconfiaba de los que solamente buscaban el poder o que querían conservar el poder, porque siempre el poder, cuando se quiere conservar o cuando solamente se lucha por obtenerlo, genera ideologizaciones y deformaciones para poder justificar lo que se ha conquistado de parte de grupos o de élites, y eso ocurre a nivel político, a nivel de un Estado, pero también ocurre en otras instancias. Él lo miraba claro también en la Iglesia católica, advertía que las mismas jerarquías ideologizaban demasiado tratando de conservar sus privilegios e intereses. Él siempre mantuvo una distancia crítica frente a los grupos revolucionarios y frente a cualquier forma de poder. Entonces, cuando observamos los procesos que están ocurriendo en Venezuela, lo que está ocurriendo en Nicaragua, uno se da cuenta de que finalmente cuando un proceso revolucionario se desvía y se orienta solamente a mantener los privilegios y los intereses de las élites en el poder, se desnaturaliza completamente todo proceso que inicia como uno de cambio. Es lo que está ocurriendo hasta nuestros días. Ellacuría, sj siempre desconfió de las vanguardias porque decía que cualquier vanguardia nunca encarna el verdadero telos, hacia dónde debe tender a una acción emancipadora

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 25 Eduardo García: En el discurso ellacuriano, el tema de los derechos humanos es importante, tiene un papel relevante, pero ¿cuáles son los desafíos actuales, en términos teóricos, que enfrenta la noción de derechos humanos? ¿cómo reactualizar la noción de derechos humanos que Ellacuría, sj defendió, pero también criticó? Héctor Samour: Lo prioritario en unas sociedades como las nuestras es buscar las necesidades básicas de las mayorías populares y no tanto las libertades civiles de unas minorías. Hay que jerarquizar a qué le vamos a dar prioridad, a qué tipo de derechos le vamos a dar prioridad: a los derechos civiles y políticos o los derechos económico–sociales. ¿Cuáles son más prioritarios a la hora de implementar una sociedad como las nuestras? Entonces, claro, no es que las libertades no sean importantes, o los derechos civiles y políticos, pero en sociedades como las nuestras la prioridad es satisfacer las necesidades básicas de las mayorías. Sin olvidar lo otro, pero lo otro no es lo prioritario. Eduardo García: Pero en un Estado, precisamente, incluso pensando en términos globales, en Estados que están dejando de serlo, en Estados que se están privatizando cada vez más, pienso en el caso francés que era como una de las joyas de la corona de esta democracia, de este modelo democrático, ¿en dónde y cómo entonces colocar los derechos humanos en términos de una exigibilidad? ¿Ante qué Estado? ¿Cómo situar los derechos humanos desde la perspectiva ellacuriana historizadora, pero en el contexto actual? Héctor Samour: Bueno, hay que ver en cada caso cómo pasa todo, lo importante es cómo es que los vamos haciendo realidad, cómo le damos vigencia; hay que ver en cada contexto qué tipo de lucha podemos hacer. Eduardo García: Pero ¿cómo encontrar unas claves, Héctor? Tú que estuviste cerca de estos procesos, que implicaba también una imaginación sociológica, una imaginación jurídica, una imaginación en la construcción de lo social, ¿qué claves podríamos tener bajo esta sombra de Ellacuría? Héctor Samour: Para liberar una praxis… Eduardo García: Sí, exacto, una praxis que además no sea desde una conciencia ingenua, porque podemos tener una idea de derechos humanos y manejar los estándares, y ¿a quién vamos a interpelar con esos conocimientos y esos artefactos? Héctor Samour: Bueno, siempre sería frente a las instancias de poder. Bajo la forma en como se configuren estas instancias de poder, los derechos humanos sí son derechos positivizados, pero también son derechos, son aspiraciones, y muchas veces no lo que está positivizado refleja las aspiraciones.

26 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2018 Eduardo García: Incluso las domestica. Héctor Samour: Incluso las domestica y no refleja las necesidades de la gente, de los grupos. Entonces, siempre va a haber un desfase, incluso entre lo que está positivizado o lo que el Estado garantiza, o lo que supuestamente garantiza formalmente, y lo que es la realidad. Incluso lo que garantiza formalmente no se cumple en la realidad o lo que garantiza a nivel legal, formal, no lo cumple, o sea, hay un incumplimiento constitucional permanente en los Estados como los nuestros, pero todavía hay un montón de aspiraciones y de necesidades de grupos que ni siquiera están positivizados, ni siquiera están legalizados formalmente, es decir, ya están reconocidos. Entonces, ahí hay que también hacer todo un proceso de lucha, de movimientos por el reconocimiento a sus derechos y por las transformaciones que sean necesarias. Eduardo García: Es una apuesta muy compleja, ¿no? Héctor Samour: Muy complejo. Son realidades legales, políticas, económicas, sociales. Ellacuría, sj hablaba de negación de la negación como un proceso. Vas negando lo negativo en un momento dado, pero siempre lo logrado siempre tiene negativo, entonces, niega lo negativo, afirma lo positivo que has logrado y, a su vez, vuelves a negar lo negativo. Eduardo García: Es una perspectiva dialéctica. Héctor Samour: Pero no puramente lógica, sino que práxica. O sea que no es puramente lógica formal hegeliana, sino que práxica: niegas, afirmas y niegas lo negativo y afirmas lo positivo y a la vez vas negando lo negativo y afirmando lo positivo en un continuo proceso. Todo es un proceso continuo, teórico, práxico, de luchas, diversidad de movimientos, que él (Ellacuría, sj), tenía en su perspectiva, en su época. Él tenía el horizonte de las mayorías populares, no tenía todavía la visión más de las luchas por la identidad, los reconocimientos de las identidades, pensaba más en términos socioeconómicos, no tenía todavía la amplitud. Eduardo García: Tampoco habían emergido totalmente. Héctor Samour: Todavía no habían surgido en su época, al menos no con gran fuerza los movimientos de mujeres, los movimientos de identidad, los movimientos indígenas. Él englobaba todo eso, más bien a los indígenas y a los pobres, los englobaba bajo el término de mayorías populares, pero él no tenía todavía claridad de la diversidad de dominaciones, ejes de dominación que nos seducen, que había también una serie de ejes más de índole cultural. Todo eso él no lo visualizaba todavía, pero que creo que él estaría abierto, si hubiera vivido más, a abrirse a entender que ya el problema de un país no solamente es la lucha del proletariado, la clase trabajadora contra

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