Derechos Humanos / Anuario 2017

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2017 53 del armamento empleado por el Estado y la le- talidad de sus tácticas, más inclinadas a opera- ciones de contra insurgencia que de seguridad pública reducen las posibilidades de capturar con vida a los presuntos miembros de grupos cri- minales para someterlos a un proceso judicial con todas las garantías que ello supone. La estrategia de seguridad con perspectiva militarista reduce a los presuntos infractores a enemigos a quienes se les debe “abatir” (Carrasco, 2015), término uti- lizado en México por las Fuerzas Federales para revestir de recato a las ejecuciones y excesos consumados por policías y militares que han sido señalados en las recomendaciones emitidas por la CNDH (Comisión Nacional de los Derechos Hu- manos), así como otros organismos nacionales y extranjeros de suma envergadura como Amnistía Internacional. 3 Desde el inicio de la cruzada el índice de víctimas humanas, producto de enfrentamien- tos entre las Fuerzas del Estado y grupos de la delincuencia organizada, se ha incrementado a niveles preocupantes en proporción del número de muertes respecto al número de heridos y de- tenidos, lo anterior no sólo evidencia la letalidad con la que se ha empleado el armamento pesado, sino la opacidad e impunidad con la que operan los cuerpos de seguridad al ocultar la cifra real de víctimas resultantes en los choques armados que se han suscitado desde el inicio de su desplie- gue en tareas de seguridad pública (Pérez, C., Silva, C. y Gutiérrez, R., 2015). Con la adquisición de nuevos y más letales equipos militares, esta tendencia podría ir a la alta en el futuro, especial- mente con la posible entrada en vigor de la Ley de Seguridad Interior. El caso de Tlatlaya, Estado de México, en 2014 evidenció que la letalidad con la que las Fuerzas Armadas ejercen tareas de seguridad pública no sólo ocurre durante los enfrentamientos, sino que al concluir las refriegas los elementos castrenses procedían a rematar a los heridos y ejecutar de manera sumaría a los implicados, aunque éstos 3 En 2009, Amnistía Internacional público un informe titulado “México, nuevos informes de violaciones de Derechos Huma- nos a manos del Ejército”, índice AMR/41/058/2009, que apor- ta cifras y testimonios sobre violaciones a derechos humanos, como ejecuciones, desapariciones forzadas, privación ilegal de la libertad, tortura, etc., cometidas por elementos de las Fuerzas Armadas en el contexto de la lucha contra el crimen organizado. hubieran depuesto las armas. Resultaron muertas 22 personas entre hombres y mujeres, de los cua- les algunos eran menores de edad, cuyos cuerpos mostraban signos de tortura, aplicada antes de ser ejecutados con las mismas armas que depusieron ante la superioridad táctica del Ejército mexicano. Aun cuando los militares que participaron en las ejecuciones sumarias fueron sometidos a proceso penal, todos obtuvieron la libertad al año siguiente, quedando de manifiesto la impunidad que prevale- ce en el país en materia de violaciones a derechos humanos. No había transcurrido mucho tiempo desde las ejecuciones extrajudiciales de Tlatlaya, cuando el 22 de mayo de 2015 un choque armado entre la Policía Federal con un grupo de la delincuencia organizada perteneciente al CJNG (Cartel Jalis- co Nueva Generación) en un rancho ubicado en el municipio de Tanhuato, Michoacán, tuvo como consecuencia la muerte de 42 personas, la cifra más alta de víctimas humanas registrada en un en- frentamiento desde el inicio de la cruzada contra los cárteles del narcotráfico en el año 2006. El uso excesivo de la fuerza en el caso Tanhuato presenta características más propias de una maniobra mili- tar que policiaca, se reveló el uso de helicópteros artillados “Black Hawk” pertenecientes a la Policía Federal, equipados con sistemas de ametrallado- ras “Dillon Aero”, un moderno equipo de comba- te de manufactura estadounidense derivado de la mundialmente famosa ametralladora “Minigun M-134”, fabricada y exportada por la compañía estadounidense “Dillon Aero” que comercia este y otros modelos de ametralladoras y sistemas mi- litares. Comúnmente montada en helicópteros, aunque también es posible montarla en vehículos terrestres y navales, constituida por una ametralla- dora de seis cañones rotatorios calibre 5.56 ó 7.62, un motor eléctrico, aditamentos de puntería y un sistema de enfriamiento automático que garantiza cadencias de fuego de 4 000 disparos por minuto, es decir, hasta 60 disparos por segundo de ma- nera ininterrumpida, debido a los contenedores de alta capacidad de munición que acompañan al arma. Dicho sistema comenzó a utilizarse en la Guerra de Vietnam, conflicto en el que demostró su gran letalidad al ser capaz de arrasar al “enemigo” oculto entre las densas selvas, desde entonces se le ha empleado en diversos conflictos armados: Afganistán, Colombia, El Salvador, Filipinas, Irak,

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