Derechos Humanos / Anuario 2017

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2017 43 también que en Bolivia tenemos el nivel más alto de mujeres en el parlamento. En Bolivia 54% del parlamento está formado por muje- res, pero yo digo son las faldas del patriarcado, porque son muje- res que están ahí a partir del dato biológico y no del dato ideológi- co, no le interesa al partido lo que piensan, sino que rellenen una lista con un nombre de mujer. Es más, si al partido le interesa lo que piensan, le interesa que sean conservadoras, sean dóciles, sean suaves, le interesa que funcionen dentro del parlamento en función de las políticas del partido que son masculinista, patriarcales, etc. Esto hace que nosotras en el parlamento tengamos muy pocas in- terlocuciones. Los espacios que construimos eventualmente con el Estado, son espacios que se construyen de forma soberana, en resistencia y tie- nen una vitalidad política fundamental. Estos espacios son los que nos permiten profundizar nuestra reflexión, extender nuestras redes, generar libertad, generar el ingenio, creatividad y el bienestar que nosotras estamos buscando. Entonces, la relación con el Estado es muy ambivalente. Usted tiene un discurso muy fuerte, usa mucho la estridencia como su manera de hacer política, ¿pero no corre el riesgo de agotar una propuesta política en la mera forma de expresarse? Lo que pasa es que tú estás partiendo de la idea de que hay una for- ma y hay un contenido que van separados, pero forma es contenido y contenido es forma, por tanto, no es posible disociar la forma del contenido y ahí yo tengo una larga discusión con cualquier cantidad de feministas a escala latinoamericana. Por otro lado, nosotras consideramos que va- mos construyendo una serie de metáforas simbó- licas muy importantes que van abriendo grandes surcos de discusión, por ejemplo, estamos termi- nando un ciclo de haber pintado una versión femi- nista de los altares barrocos católicos que están en todo nuestro continente y en ese marco es que hemos pintando al Papa masturbándose no por- que queremos ser estridentes, sino porque noso- tras querernos abrir una discusión profunda y esta forma de trabajo que nosotras realizamos (que es forma y es contenido), genera inquietud, hace explotar el debate de manera muy fuerte. Tú no abres una mina arañando una montaña, si quieres abrir la mina lo haces con dina- mita, de la misma manera tú no abres la discusión política si no es a dinamitazos. Y no estoy hablando de los dinamitazos explosivos de la pólvora que mata, estoy hablando de un lenguaje dinamitero, nosotras tenemos un lenguajes dinamitero que no es el puro gusto por el escándalo, aunque también nos divertimos mucho, porque además sabemos que la nuestra es una lucha de largo aliento, que el camino es el punto de llegada y que el caminar tiene que ser placentero y satisfactorio. Tú no abres una mina arañando una montaña, si quieres abrir la mina lo haces con dinamita, de la misma manera tú no abres la discusión política si no es a dinamitazos. Y no estoy hablando de los dinamitazos explosivos de la pólvora que mata, estoy hablando de un lenguaje dinamitero.

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