Derechos Humanos / Anuario 2017

22 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2017 Entonces eso es muy grave, eso hay que censurarlo, pero a veces se pierde de vista cuál es el problema estructural. La pregunta que hay que hacerse no es ¿cuántos Ayotzinapas hay?, la pregunta es ¿por qué hay Ayotzinapas?, porque no debería haber Ayotzinapas. Yo creo que los Ayotzinapas tienen que ver con que el problema estructural de la violencia en México, que además es estructural, im- plica que la población en general está en una situación de violencia exponencial, por un lado, por los conflictos entre grupos organiza- dos, mafia organizada, por droga o por cualquier otro tipo, de trata de personas, etcétera; entonces, las víctimas son de todos lados, o sea, están viviendo inseguridad en todo el país. La primera falencia es que el Estado mexicano no está dando seguridad ciudadana a los habitantes y eso va a variar de estado a estado; entonces, en aquellos estados donde la violencia estructural es más marcada, las amenazas son mayores a la población y especialmente a los de- fensores de derechos humanos; a los periodistas que no pueden hacer su trabajo, porque van a hacer señalamientos a los grupos mafiosos o también denuncian cierta colusión que puede haber de algunos funcionarios públicos en relación con esto. Entonces, el pro- blema estructural es también de corrupción, pero cuando uno habla de corrupción las personas piensan comisiones por negocios o por contratos, de eso puede haber mucho, pero la corrupción se puede manifestar de muchas maneras: cuando un grupo criminal copta a funcionarios para que no investiguen, que un fiscal no investigue, no haga su trabajo –no le están pidiendo al fiscal que mate a alguien, que torture a alguien, no, simplemente que no haga su trabajo–, que pierdan el expediente, etcétera. Estoy hablando de una cuestión muy puntual. Un ejemplo que puede ser exagerado, pero la cooptación de funcionarios que investigan genera impunidad y la impunidad es una forma de corrupción que sí es sistémica. No le podemos echar el problema de la violencia estructural de la corrupción sólo a la exis- tencia de los grupos armados irregulares, mafiosos, etcétera, sino que hay que verlo en distintos niveles y uno es el tráfico de influencias. Cuando se genera una cultura de tráfico de influencias que sea a la vez una modalidad de corrupción, falta de transparencia, etcétera, eso hace que muchos recursos del Estado que son para la salud se redireccionen hacia la corrupción, y el dinero se queda en medio del camino; los servicios van a ser más caros porque hay comisiones para todo, etcétera. Yo creo que el escándalo de Odebrecht en Brasil, que prácticamente ha salpicado a todos los Estados, es un típico caso de corrupción por tráfico de influencias, desde comprar negocios, contra- tos, sobreprecios a las carreteras, etcétera, y hay una violación de de- rechos humanos. Lo que le quiero explicar a usted es que la violación de derechos humanos no es sólo violar el derecho a la vida, a través de la tortura; estoy diciendo que la corrupción es una violación de los derechos humanos no sólo por el delito de la corrupción en sí, sino porque el dinero que hay de por medio, que es público, encarece el producto al servicio que iba a financiar. Por ejemplo, si hay dinero para una carretera y por corrupción se le pone un sobreprecio para pagar comisiones a funcionarios para que den el contrato a una empresa,

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