Derechos Humanos / Anuario 2017

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2017 123 La violencia obstétrica que se ejerce a estas mujeres es el resultado de muchos factores como pueden ser: la precariedad del sistema de salud en donde prevalecen jornadas extenuantes para los profesionales de salud, desconocimiento del profe- sional sobre derechos sexuales y reproductivos de la mujer, falta de insumos necesarios y condiciones estructurales que propician prácticas de baja cali- dad en la atención obstétrica que pueden derivar en una negligencia médica y en última consecuencia en expresiones de violencia institucional (Valdez, Hidalgo, Mojarro y Arenas, 2013; Belli, 2013). La mayoría de las mujeres entran en contacto con el modelo bio- médico en donde el médico tiene siempre el punto de vista más ob- jetivo (Lemus, Hamui, Pérez y Maya, 2017), este modelo tiene varias implicaciones, entre las que resaltan, una relación médico-paciente jerarquizada y de subordinación; una visión medicalizada del proce- so de atención del parto, que deriva en procedimientos rutinarios sin bases en evidencia sólida, como las episiotomías (corte quirúrgico que se realiza justo antes del parto en el área muscular, que está entre la vagina y el ano, sin anestesia y que muchas veces deriva en complicaciones graves) rutinarias, cesarías innecesarias, uso de la maniobra de Kristeller (presión que se ejerce sobre el abdomen de la madre con fuerza hacia abajo para conseguir que el bebé salga o como mínimo llegue a la coronación sin que siga su proceso normal de alumbramiento, prohibida hoy en día), enemas (procedimiento de introducir líquidos en el recto y el colon a través del ano para facilitar la defecación, prohibido para ser usado de forma rutinaria duran- te el parto) y uso de oxitocina (hormona sintética que favorece las contracciones uterinas durante el parto, sin que el cuerpo haga sus procesos hormonales normales) (Davis-Floyd y Sargent, 1997). Este modelo de atención ha sido motivo de denuncia y movilizaciones desde la década de 1960 (Burt, 1978), en diferentes partes del mun- do; diversas organizaciones interesadas en los derechos reproduc- tivos de las mujeres han recopilado experiencias de mujeres, quie- nes señalan violación de sus derechos humanos y reproductivos en distintos momentos de la atención prenatal y específicamente en la atención del parto (Tinoco, 2016). El maltrato, negligencia y la falta de respeto en el parto es una vio- lación de los derechos humanos (Comisión de los Derechos Humanos, 2017), ya que involucran el no poder ejercer una salud reproductiva sa- namente (Plan Estratégico del Marco de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo 2014-2018). Entre los Derechos Humanos que más se vulneran se encuentra: la violación a la intimidad, por la intromi- sión no consentida en la privacidad de las mujeres, mediante la exhibi- ción y revisión masiva del cuerpo y los órganos genitales, como lo son los tactos vaginales repetidos y realizados por el profesional de la salud en donde las mujeres sienten incomodidad y dolor. A la integridad cor- poral que se relaciona con los principios básicos de privacidad, autono- mía y dignidad (Organización de las Naciones Unidas, Mujeres, 2015). La violencia obstétrica que se ejerce a estas mujeres es el resultado de muchos factores como pueden ser: la precariedad del sistema de salud en donde prevalecen jornadas ex- tenuantes para los profesionales de salud, desconocimiento del profesional sobre de- rechos sexuales y reproductivos de la mujer.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTY4MjU3