Derechos Humanos / Anuario 2017

100 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2017 Introducción Frecuentemente se hace mención de la migración como un fenómeno que ha acompañado a la historia de la humanidad, la Comisión Interamericana de De- rechos Humanos, (en adelante CIDH) ha manifestado que “la movilidad humana ha sido una característica inherente de los seres humanos a lo largo de la his- toria de la humanidad. Desde sus orígenes, los seres humanos han migrado en busca de mejores condi- ciones de vida, para poblar otros lugares del planea, o para huir y sobrevivir amenazas causadas por el hombre o la naturaleza” (CIDH, 2015: 11). Sin embar- go, el presente ensayo pretende dar cuenta de los impactos que la creación del Estado moderno generó en su dinámica y desarrollo. Hoy más que nunca, comprender la dinámica entre Estado y migración resulta de suma impor- tancia, puesto que en las últimas dos décadas la migración internacional ha aumentado sus dimen- siones. Hasta el año 2015, organismos interna- cionales estimaban que el número de migrantes internacionales alcanzaba los 244 millones de per- sonas, lo cual, representaba 3.3% de la población mundial. De ellos, se estima que entre 10 y 15% son personas que se encuentran en situación irre- gular o indocumentada. (ONU, 2015) Aunado al alto número de sujetos inmersos en el contexto de movilidad humana, puede afirmarse que en la actual era de la globalización, como lo señala Abu-Warda, “todos los países están invo- lucrados en los desplazamientos de personas, o bien como países de origen, o bien como países de tránsito o de destino” (2008: 34). Ante ello, los Estados se han visto en la necesidad de mirar el fenómeno desde diversas perspectivas en la bús- queda de medios que sirvan para gestionarla de forma adecuada. Asimismo, frecuentemente se hace mención de la facultad que tiene el Estado para condicionar y permitir el ingreso y estancia de personas no nacio- nales en su territorio, lo cual da lugar al surgimiento de políticas migratorias que en su diseño, o bien, en su implementación no cumplen con las obligaciones contraídas en diversas normativas internacionales en materia de derechos humanos para respetar y garan- tizar los derechos humanos de las personas migran- tes, o bien, del Derecho Internacional humanitario, en aquellos casos donde el desplazamiento humano deriva de un conflicto armado en su país de origen. Así, se pretende ahondar en la teoría clásica del Estado-Nación para entender las complejidades que genera reconocer en el ámbito interno a los ex- tranjeros, particularmente aquéllos en situación irre- gular, como sujetos de derechos. Ello, a pesar del reconocimiento que la esfera internacional ha otor- gado a las personas migrantes, quienes, se siguen enfrentando a políticas restrictivas, discriminación y malos tratos particularmente en las comunidades de tránsito y destino. Ante este panorama, se recogen algunas pro- puestas que pretenden ser de utilidad para que los Estados puedan generar un nuevo rostro de la mi- gración internacional, tendiente a eliminar estereo- tipos y prejuicios que se han construido alrededor de la población migrante y en su lugar aprovechar los beneficios que las sociedades intraculturales pueden ofrecer. El Estado-Nación y su relación con la Migración internacional Con la creación del Estado-Nación la migración internacional tomó nuevas prácticas y dinámicas. De acuerdo con la CIDH, “La reorganización de la comunidad internacional como un conjunto de Es- tados territoriales con fronteras geográficas defini- das permitió a los Estados ejercer autoridad sobre las personas que se habían establecido dentro de sus fronteras, así como respecto de aquellas que intentaban ingresar a sus territorios” (2015: 11). Con la intención de obtener un panorama his- tórico habremos de tener presente la clasificación que Durand y Massey (2009) proponen para com- prender la historia de la migración moderna, mis- ma que se encuentra dividida en cuatro etapas. La primera de ellas es conocida como el pe- riodo mercantilista y abarcó el periodo de 1500 a 1800, en ésta participaron mayoritariamente per- sonas provenientes del continente europeo, quie- nes se movilizaron de sus terruños con la intención de colonizar territorios en América, África, Asia y Oceanía. La segunda, que ocurrió de 1800 a 1925, fue también dominada por europeos, sin embar- go, durante este periodo los éxodos se dieron en la búsqueda de nuevas y mejores vidas hacía los territorios anteriormente colonizados. Posterior a 1925, la migración internacional sufrió una disminución significativa como conse- cuencia del contexto mundial, marcada por con- flictos bélicos y económicos como la Primera Gue-

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