Derechos Humanos / Anuario 2016

20 DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2016 Rosario Arrambide: En este contexto de conflicto armado,¿cuál era el papel que desarrollaba Ignacio Ellacuría frente a la situación? José María Tojeira: Ellacuría llevaba ya algunos años en El Salvador y había hecho intentos sistemáticos de mediar en el conflicto, inicialmente antes de que estallara la guerra, a través de reformas económicas y sociales y, por supuesto, ejerciendo su propia libertad de expresión y la de la Universidad con una gran fuerza. Pero, a partir de la guerra, Ellacuría intenta, prácticamente desde el primer momento de la guerra, mediar en el conflicto insistiendo en que la única solución posible para la guerra civil salvadoreña es un diálogo en que las partes se pongan de acuerdo en solventar los problemas existentes y defender los derechos humanos, eliminar la represión, reducir el ejército, y también transformar una realidad económica, social injusta; ese es el primer esfuerzo desde el primer momento, cuando decía que quería dialogar, sentaba mal tanto a la izquierda que pretendía el triunfo revolucionario, como a la derecha que quería el aplastamiento total de la insurgencia. Como las cosas se prolongaban, Ellacuría pensaba que aparte de toda la tarea de reflexión, de escribir, y aparte de la presión interna- cional a favor del diálogo, era indispensable defender los derechos humanos, especialmente de los pobres, porque los derechos de los pobres eran en general silenciados tanto por el gobierno como por los medios en aquel momento, y la mayoría de violaciones efectiva- mente se realizaba en contra de los más pobres en el país. Rosario Arrambide: ¿Es en este contexto que surge el IDHUCA? José María Tojeira: El tema de los derechos humanos venía siendo un tema antiguo ya en la vida de los je- suitas; de hecho, el padre Segundo Montes –que fue el que después fundó el IDHUCA– había fundado en el externado San José, un colegio que tenemos aquí, el Socorro Jurídico de El Salvador, que fue uno de los iniciales grupos de defensa de derechos humanos y al que le pidió apoyo monseñor Romero; estuvo prácticamente los tres años de monseñor Romero dándole servicio a él, aunque la sede estaba en nuestro colegio y lo habíamos fundado nosotros, Segundo Montes en particular. Cuando Segundo Montes termina su trabajo en el colegio y es trasladado a la UCA, al principio el socorro jurídico sigue, pero sobre todo cuando a partir del 82 el Arzobispado funda la Tutela Legal del Arzobispado con monseñor Rivera; entonces empieza a surgir la idea de fundar también, dentro de la UCA, un Instituto de Derechos Humanos, no contrapuesto al socorro jurídico, sino complementario. Con el paso del tiempo el Socorro Jurídico desaparece, los archi- vos del Socorro Jurídico fueron trasladados al IDHUCA y del IDHUCA a la biblioteca de la universidad como patrimonio histórico del país y ahora también de la universidad; pero es como una continuidad, en el caso de Segundo Montes, de la necesidad no solamente de Entonces empieza a surgir la idea de fundar también dentro de la UCA un Instituto de Derechos Humanos, no contrapuesto al Socorro Jurídico, sino complementario.

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