Derechos Humanos / Anuario 2016

DERECHOS HUMANOS ANUARIO 2016 17 Martín Juárez: ¿Es posible instaurar dicha cultura de paz en las condiciones en las que se encuentra Centroamérica? Mayra Alarcón: Es necesario construir la paz en Centroamérica, pero esto debe pasar por el reconocimiento de los verdaderos actores de la violencia, personas que hoy por hoy gozan del poder económico, el poder político y el control de los medios de comunicación. Ellos no tienen una voluntad real de democratizar nuestros países, ni reconocer que son sus intereses particulares los que están llevando a la violencia y a la conflictividad a la gente de nuestros países. Martín Juárez: La realidad de la violencia de México y Gua- temala está definiendo un futuro incierto para toda la región centroamericana, ¿la trata de personas qué lugar ocupa en esta configuración? Mayra Alarcón: Hay quienes dicen que la trata de personas es el tercer negocio ilícito más rentable, nosotros no sabemos si es el tercero, el segundo o el primero porque son delitos que se esconden, que se ocultan. Lo que sí sabemos, por los datos oficiales de las remesas, que tanto Guatemala, pero no sólo Guatemala, yo insistiría en el Triángulo Norte de Centroamérica para este análisis (Guatemala, Honduras y el Salvador), tienen en las remesas familiares la principal fuente de ingresos económicos, el resto de la economía está sustentada en la actividad criminal. Esto es claro porque habiendo tantos esfuerzos por erradicar este negocio tan rentable, lo único que tenemos es un conjunto de fracasos. Martín Juárez: Para el combate de la trata de personas los gobiernos de México y Guatemala tendrán que tomar alguna serie de acciones conjuntas, ¿existe la voluntad política para transformar la realidad que actualmente vivimos en cuanto a la trata de personas en la frontera? Mayra Alarcón: La frontera entre Guatemala y México está cada vez más militarizada, el Plan Frontera Sur que se está implementando, en los estados del sur de México, está generando una serie de mecanismos de control que lamentablemente están dirigidos a las personas que están migrando y no necesaria- mente a las estructuras que están detrás de los ilícitos del tráfico y la trata de personas. Nosotros leemos con mucha preocupación que la visión está puesta en el migrante, la migrante, el niño, la niña, la mujer, el adolescente, más allá de los que están generando estos delitos. Una verdadera persecución penal de los perpetradores de la trata implicaría otras estrategias que no son necesariamente la militarización de la frontera, sino intervenciones que impacten en las estructuras que son las verdaderas creadoras de estos ilícitos. Una verdadera persecución penal de los perpetradores de la trata implicaría otras estrategias que no son necesariamente la militarización de la frontera.

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